El acuerdo al que arribó el Mercosur y la Unión Europea, que aún debe ser ratificado por los parlamentos de todos los países de los bloques mencionados, y hasta Francia lo relativiza, debe estar acompañado, según el Gobierno, por una reforma tributaria.
Horacio Reyser, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, así lo adelantó: “Tanto el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como el de Producción y Trabajo, Dante Sica, van a trabajar en una reforma fiscal de largo plazo, que ya se está aplicando de alguna manera en lo que hace a la reducción del Impuesto a las Ganancias. En ese sentido, vamos a avanzar”.
“El acuerdo pone topes a los derechos de exportación y nos obliga a poner un techo más bajo. Podemos poner, como máximo, una alícuota del 14% para los productos del complejo sojero que vayan a la UE, cuando hoy están alrededor del 28%. También hace que, cuando finalice el decreto temporario de los tres y cuatro pesos por dólar para las exportaciones industriales, también haya alícuota cero”, detalló el funcionario.
“Esto nos acelera los procesos de reforma internas porque ahora tenemos un horizonte muy definido. De acá a 10 o a 15 años vamos a estar compitiendo no con una economía que tenga salarios bajos o no cumpla con estándares laborales, vamos a competir con la Unión Europea, que tiene un PIB per capita de 36 mil dólares”, enfatizó el secretario de Relaciones Económicas Internacionales.
El funcionario también indicó que el Parlamento debatirá sobre el pacto de los bloques regionales el año entrante: “Es una etapa que puede tardar dos años, es para darle consistencia legal al acuerdo. Una vez que los países del Mercosur y el Parlamento Europeo lo aprueben, entraría en vigor y empezaría el intercambio”.
El acuerdo sigue siendo «una buena noticia» para el Gobierno, pues para los pequeños y medianos productores nacionales y para los gremios del sector industrial, el acuerdo producirá un enorme perjuicio a la producción local, por falta de competitividad y condiciones desiguales.
