El consumo cayó casi un 7% en mayo como consecuencia de las altas cifras de inflación

Con los precios en alza, el consumo masivo sintió el golpe y continúa contrayéndose. De acuerdo a los relevamientos privados, en mayo el consumo cayó 6,7% en la comparación interanual en términos reales, acumulando un número negativo por cuarto mes consecutivo.

La inflación de mayo establecida en 5,1% -si bien muestra una leve baja- no hace más que confirmarlo. Ese número marca un descenso, pero permanece todavía muy alta y la cifra cercana al 30% que se acumula desde enero hace que en casi 7 puntos se reduzca el consumo en forma interanual.

De acuerdo a los datos que surgen de esos informes, los bonos otorgados por el IFE, el ajuste a jubilados y pensionados y la apertura de paritarias, pueden aumentar el volumen de ventas pero siempre menores al período anterior.

Eso quiere decir que “la aceleración de la inflación no está compensada por el nivel de ingresos de los argentinos». En síntesis, la recomposición salarial de la que se habló no se ha podido concretar aún.

Por el contrario de lo pretendido, el poder de compra de los consumidores se verá afectado en los próximos meses en forma aún más considerable, particularmente en el sector informal. También en monotributistas y autónomos.

Así es que la corrección de los precios regulados de la economía como tarifas de luz, agua y gas, generará impacto directo e indirecto por aumento del gasto en las familias y por incremento de precios en góndola por parte de industria y comercio que deberán trasladar el incremento de sus costos.

Los indicadores vinculados al consumo se desaceleran. Las ventas en comercios minoristas registraron en mayo la primera caída en 15 meses (-3,4%), mientras que las compras en supermercados también registraron la primera merma en 10 meses (-0,1%).

La evolución de los ingresos familiares determinarán el avance o retroceso del consumo. De momento, pese a paritarias cerradas en varios sectores en alrededor del 60%, quedan por fuera un enorme porcentaje de trabajadores informales y de sectores cuyos acuerdos están retrasados respecto a la inflación del 2022 que a ésta altura ya ronda el 30% y se proyecta para todo el año en un 70%.