El cierre de listas una vez más dejó heridos. Gran parte del arco sindical se alineó detrás del Frente de Todos que conformó Unidad Ciudadana con el Frente Renovador. La unidad resultó positiva como posible dato electoral pero la lista en este caso demasiado largo y las bancas, muy pocas.
En este escenario, Hugo Moyano y Sergio Palazzo fueron dos de los sindicalistas de la primera hora en apoyar la vuelta de Cristina y la fórmula Fernández-Fernández, y el líder camionero por lo menos pudo ver su apellido en el décimo primer lugar, a través de Facundo Moyano, su hijo, diputado y hasta hace poco secretario general del sindicato de Peajes.
Claudia Ormaechea, se ubicó en el puesto 14 y fue otra de las que pudo poner la firma y será una legisladora cercana a Sergio Palazzo, el líder sindical de los bancarios. En el puesto 18 María Rosa Martínez, designada por el gráfico Héctor Amichetti.
Entre los relegados quedaron el canillita Omar Plaíni, articulador de los principales apoyos sindicales al binomio Fernández, cuyo mandato vencerá a fin de año y que, sin embargo, será candidato a primer senador bonaerense por la octava sección. Tampoco hubo lugar para el docente bonaerense Roberto Baradel, por la CTA, aunque en esa central afirmaron haber preservado espacios legislativos en el interior del país.
Pero sólo dos lugares hicieron sentir dentro del sindicalismo gusto a poco, luego de la euforia del primer acto que reunió a los Fernández, a Magario y a Kicillof, con la pata más combativa del ala gremial.
Las negociaciones entre la Cámpora, Sergio Massa, los intendentes y el sindicalismo hicieron que fueran muchos los postulantes y pocos los que finalmente después de las doce de la noche habían podido tener en la mano la lapicera y rubricar su participación en agosto.
Omar Plaini, quedó en lista de espera y también Roberto Baradel, el candidato que alentaba Hugo Yasky desde la CTA. Y en ciudad de Buenos Aires directamente no figuran nombres del sector gremial.
