Un trabajador de Glovo baleado generó gran preocupación gremial

Los hechos de inseguridad mezclados con empresas que intentan adaptarse a un mercado previo, con funcionamientos distintos o poco “claros” es un tema hoy de gran preocupación, ya que hay mucha gente contratada, particularmente “joven” que queda presa de situaciones que le escapan a su interés laboral.

“Existe una doble problemática, por un lado la inseguridad en sí misma, y por el otro la desprotección absoluta por la falta de cobertura que plantean estas empresas tecnológicas que invocan a la “economía colaborativa” para no registrar a sus trabajadores”, se quejaron desde el gremio ASIMM (Asociación Sindical de Motociclistas, Mensajeros y Servicios) en apoyo a la situación registral que atraviesan los trabajadores en esa firma.

En ese sentido, desde la organización gremial se pusieron a disposición de la familia del trabajador mensajero de la empresa Glovo, Kevin Sanhuesa, quien fuera baleado en la zona del pecho durante un robo y se encuentra en estado delicado y reservado en el hospital San Martín de La Plata.

Sanhuesa, de 27 años, se encuentra en terapia intensiva y su pronóstico es reservado. “Nos comunicamos con los representantes de la empresa tecnológica quienes se mostraron preocupados por la situación, y aseguraron que se iban a hacer cargo de determinados gastos para ayudar a la familia a que pueda acompañar a Kevín, ya que son de la provincia de Neuquén” afirmaron desde ASIMM.

“Pero esto no se soluciona con gestos de buena voluntad, el trabajador tiene derecho a un sueldo digno, capacitación, ART, y obra social. Si se cumple con las regulaciones vigentes, Kevín no necesitaría de las dádivas de nadie”, se criticó Maximiliano Arranz, Secretario Adjunto de ASiMM.

“Los que hicimos de la logística en dos ruedas nuestro oficio, vemos tambalear los derechos adquiridos por la gran competencia desleal que representan las empresas tecnológicas que no cumplen con nada; y aquellos que están en esta actividad solo de paso, también pagan las consecuencias de someterse a un régimen laboral sin ninguna clase de protección ni cobertura”, agregó Arranz, -quien definió la situación de las empresas como GLOVO y RAPPI, que hacen mensajería y reparto domiciliario mediante aplicaciones-, como  “insostenible no sólo desde lo laboral, sino también por un tema de seguridad pública”.