Programa Casa Propia: Fernández anunció tres mil viviendas para municipios del sur del Conurbano

Este lunes el presidente Alberto Fernández anunció desde la Quinta de Olivos la construcción de 3 mil viviendas en distintos municipios bonarenses, en el marco del programa Casa Propia – Construir Futuro, anunciado hace una semana en la reunión de Gabinete Federal que se llevó a cabo en Tierra del Fuego. Durante su discurso, Alberto cargó duramente contra la gestión de Cambiemos en Quilmes y contra la “meritocracia”, destacando la necesidad de que haya una fuerte presencia estatal para garantizar las condiciones de vida mínimas que necesita la población.

Las viviendas se construirán en los municipios de Avellaneda, Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, por lo que participan del evento también los intendentes de los cuatro distritos (Alejo Chornobroff, Mayra Mendoza, Juan José Mussi y Andrés Watson) además del gobernador bonaerense Axel Kicillof, el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat Jorge Ferraresi.

Casa Propia – Construir Futuro, según detalló Kicillof, es un plan “de largo plazo” que prevé la construcción de 220 mil unidades habitacionales, de 20 mil lotes con servicios para aquellas familias que no cuentan con un terreno y el otorgamiento de 24 mil créditos para construcción ya por medio de lotes Procrear, municipales o propios de los adjudicatarios. Específicamente, el anuncio de este lunes es por la construcción de 1.250 viviendas en Quilmes, 900 en Berazategui, 300 en Avellaneda y 600 en Florencio Varela.

El Gobierno anticipó una nueva etapa del Plan Procrear, con viviendas de mayor calidad

En su intervención, el Presidente recordó los incidentes que se produjeron al inicio de la pandemia en el barrio Azul, una parte del cual se encontraba en territorio quilmeño (previamente gobernado por el cocinero cambiemita Martiniano Molina) y otra en Avellaneda, bajo la gestión del entonces intendente Ferraresi, hoy ministro de Hábitat. “El barrio Azul para mi es como una suerte de dato que se me clavó en la cabeza, en el que no pude dejar de pensar desde que vi lo que pasó. Entonces vi cómo puede ser la Argentina, un país donde las cosas pueden ser de una forma de un lado de una calle y de otra al cruzar. Ahí entendí cómo puede ser que ciertas políticas contruyan esas dos Argentinas o permitan su existencia”.

Luego, sin nombrarlo, cargó contra la gestión de Molina: “Porque lo que nos pasó es que había un mismo barrio que un lado lo gobernaba uno de nosotros y el otro lo gobernaba otro. El de nosotros estaba muy preocupado por quién vivía en ese barrio y se preocupó de darle la dignidad que la gente que vivía en ese barrio estaba necesitando. Entonces no solamente generó la infraestructura sino también las viviendas para que pudieran vivir quienes estaban de ese lado de la calle, pero del otro lado no se pensó igual. Y mi pregunta es ¿que habrán pensado? ¿Habrán pensado que algún día el mercado les iba a resolver el problema? ¿Habrán pensado que ustedes tenían que hacer el mérito suficiente como para tener las calles y las casas que no tenían? ¿Habrán creído que con el mérito de ustedes alcanzaba?”

Luego insistió: “Yo me lo pregunto desde ese día: ¿Cómo puede ser que tan sólo una calle separe dos mundos distintos? Lo que quedó claro es que de este lado había un gobierno que entendió que había que darle un mínimo de igualdad de condiciones a la gente que vivía en ese barrio para que pueda desarrollarse: tener una casa y un barrio habitable. ¿Y del otro lado qué habrán pensado? Que hagan mérito, total con la meritocracia todo se puede. Entonces ahí me paro en lo que siempre digo: El mérito sirve si a todos les damos igualdad de condiciones. Y el Barrio Azul lo que muestra es que por mucho esfuerzo que se haga, si el mínimo de condiciones no está dato, entonces el mérito no alcanza. Eso es definitivamente así”.

Alberto luego destacó la importancia del rol estatal: “Entonces nosotros creemos que allí donde la sociedad no puede generar condiciones de igualdad tiene que estar presente el Estado. Y lo decimos sin ruborizarnos: El Estado tiene que estar presente allí donde la desigualdad existe, para terminar con ella. Algunos piensan que porque hablamos de este modo nos volvimos populistas”. Y concluyó: “Si ser populista es pensar en el que menos tiene y en el que más necesita, soy populista. Pónganme el título que se les dé la gana, pero yo sigo preocupado por esa gente”.