La crisis del sector textil ha golpeado hasta a las marcas más importantes del sector, desde Topper o Wrangler, a Wanama, Chocolate, AY Not Dead o Legacy. El constante aumento de costos y la devaluación del peso impactaron negativamente en la industria, a pesar de que se venía reclamando un ajuste del tipo de cambio para mejorar las exportaciones.
Teddy Karagozian, presidente de la textil TN & Platex, explicó: “Lo que pasó en 2018 es algo que se repite cada tanto en la Argentina. Se promueve una baja del dólar, lo que obliga a las marcas a importar para sobrevivir, y cuando finalmente llega la devaluación, la situación se hace insostenible porque las empresas se encuentran con un montón de obligaciones en dólares”.
En los últimos meses la demanda de insumos textiles cayó un 25%, por lo que el panorama para 2019 sigue siendo tan crítico como el del año pasado. Según Marcelo Sorzana, director de la consultora especializada en indumentaria Surreal: “Las marcas se confiaron en que con Macri iban a poder importar en forma tranquila y que iba a haber una estabilidad del tipo de cambio, que finalmente no llegó. Y la disparada del dólar las terminó encontrando con contenedores que hoy valen el doble”. El analista estimó que la caída en las ventas del sector alcanzó un 30%.
Un reciente relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el sector de indumentaria y lencería cerró 2018 con una caída del 11,5% en unidades, mientras que en el caso de los textiles la baja llegó al 8,1%.
En ese contexto, numerosas marcas decidieron plantear un concurso de acreedores: Legacy, Wanama y John L. Cook (propiedad de Big Bloom) y AY Not Dead. Otras, como en el caso de Chocolate, directamente bajaron sus persianas y pusieron en venta el uso de la marca, lo mismo que Topper. También fueron resonantes los cierres de plantas de Alpargatas, Tileye (Eyelit) y Paquetá. Algunas marcas internacionales, como Wrangler o Lee, anunciaron en estos días su decisión de abandonar el país.
