Macri busca “afuera” herramientas para revertir la peor crisis de empleo desde 1991

Mauricio Macri retomó las relaciones con el premier Indio, Narendra Modi, que supo entablar durante el G20 en Buenos Aires en una recorrida por el sudeste asiático el intento de lograr negocios para PyMes que puedan inyectar de algún modo algo de crecimiento económico y generar empleo genuino en el momento más difícil de su gestión.

Con el récord de pérdida de empleo más grande desde 1991, el presidente recorre la India y Vietnam, -junto a una comitiva compuesta por 85 empresarios, de los cuales 70 son PyMes de 11 provincias- que apuestan a generar negocios a través de unas 500 reuniones agendadas en Nueva Delhi- en la búsqueda de futuras inversiones que puedan acercar al país los ya marchitos “brotes verdes” que no germinaron ya hacia el cuarto y último año de gestión del gobierno de Cambiemos.

Los datos más salientes revelan que el empleo registrado cayó 1,4% en forma interanual. El sector privado computó 107.000 empleos menos en el 2018 sobre todo en construcción, industria y comercio, que fueron los más golpeados.

De acuerdo a las estadísticas oficiales que corresponden al Reporte del Trabajo Registrado que elabora la Secretaría de Trabajo al mes de noviembre de 2018 las pérdidas habrían terminado con 200 mil empleos formales menos que al inicio. En noviembre pasado había 12.177.900 trabajadores registrados, lo que representa una baja de 209.200 en el acumulado del año.

La crisis económica estructural y de carácter recesivo afectó duramente al mundo laboral sobre todo en el último trimestre donde las estadísticas se incrementaron. El año terminó además con un 48,7% de inflación anual y los salarios se depreciaron en su mayoría por encima de los 12 puntos.

El jueves el gobierno dio una buena noticia –pero sólo para un sector- con la rebaja de cargas sociales a las economías regionales. La medida beneficia a unas 20.000 Pymes exportadoras de productos agrícolas que desde marzo pagarán contribuciones patronales a partir de salarios de $17.500, en lugar de $7.000.

Si bien la medida fue criticada por otros sectores PyMes, el Presidente tomó una medida, -incómoda para Dujovne-, quien trata de hacer bien los deberes frente al FMI. A pesar de eso Macri priorizó a Sica y vio como inminente apaciguar los reclamos de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) y otras entidades Pyme frente al descontento por la caída de la actividad, las altas tasas y la suba de tarifas.

Así es que con el sector productivo en recesión, el ministro de Producción logró la aprobación de medidas para aliviar “por lo menos” a un sector y según confirmó continuará con otros: como el “textil y la electrónica” en contra del duro plan de austeridad fiscal y con una crisis profunda de la industria que presenta un plus: en plena campaña electoral reaviva la interna del Gobierno respecto a cómo encarar su agenda económica.

Con esta recorrida internacional, Macri se juega mucho, aunque el problema está adentro y no afuera. De seguir la Economía con estos parámetros de retracción, los procedimientos de Crisis de las empresas se multiplicarán, igual que las Convocatorias y los cierres, con despidos masivos como ya amenazan empresas aeronáuticas, supermercadistas, automotrices, electrodomésticos, entre otras tantas.

A la vuelta lo espera una agenda cargada de reclamos, pues el sector industrial y gremial esperan de pie la reactivación industrial pero de la mano del consumo interno, el control de las importaciones y los beneficios impositivos, medidas que dependen de un cambio de política económica que parecen imposibles desde un presupuesto restringido y digitado por un organismo internacional de crédito.