Además de instalar la lucha contra la pobreza como una de las prioridades de la nueva etapa política del país, los movimientos sociales lograron una importante representación política en distintos niveles, desde diputados a nivel nacional, una fuerte presencia en varios ministerios y hasta la intendencia de Moreno, cuya nueva jefa comunal, Mariel Fernández, integra el Secretariado Nacional del Movimiento Evita.
Fernández no sólo es la primera mujer elegida para conducir la intendencia de Moreno sino que también se reconoce explícitamente como “la intendenta de los movimientos sociales”. Al respecto, reconoció que hay elementos de “estigmatización” que pueden derivarse de esta referencia: “La estigmatización es del piquete. Son prejuicios de clase social. Conmigo hubo y hay muchos, incluso en el mundo de la política: soy la intendenta de los movimientos sociales. Soy el bicho raro: soy mujer y de los movimientos sociales. Hay empresarios que pensarían que soy una piquetera y no me votaron, ahora apuesto a que puedan conocerme en otro rol y confiar en mí”.
La nueva intendenta del Frente de Todos, que triunfó por sobre Walter Festa (también peronista) con casi el 60% de los votos, cobró relevancia nacional luego de las fuertes denuncias que realizó contra su antecesor, a quien acusa de cientos de designaciones innecesarias y de último momento en el municipio. En un entrevista brindada este lunes, explicó que la situación de Moreno era crítica: “No se habían pagado los salarios, pero el gabinete se liquidó sus sueldos. No teníamos recursos para pagar el aguinaldo, tampoco presupuesto, el municipio está quebrado. Tenía 400 personas dando vueltas por las distintas oficinas, sin función”.
Después de decidir que no le iba a renovar el contrato a 600 municipales ingresados en estas condiciones, Fernández definió respecto de su antecesor: “Uno es lo que hace, no lo que dice. Se parecía más a una gestión macrista que a la de un gobierno popular. Duró solamente cuatro años, el malestar era muy grande”.
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La intendenta confirmó que ya tuvo reuniones con el equipo del gobernador bonaerense Axel Kicillof, pero reconoció que se encuentra “en una situación complicada porque la provincia está quebrada”. Más allá de plantear sus deseos de que la nueva gestión provincial logre destrabar en la Legislatura la reforma impositiva, también planteó algunas objeciones: “Él sacó un artículo por el que los fondos que se gestionan ante el gobierno nacional tienen que pasar por la provincia. A mí me hubiera sido más práctico que eso no se hiciera así, porque nosotros estamos gestionando ayuda del Tesoro nacional, se me agrega una burocracia más y lo necesito urgente”. Pero aceptó: “Entiendo que es coherente”.
La jefa comunal también se reunió con el jefe de la bancada del Frente de Todos en la Cámara Baja Máximo Kirchner, quien visitó Moreno hace pocos días: “Fue importante porque vino a Moreno. Busco el apoyo de él para poder gestionar, es un Kirchner y tiene peso. La política necesita un recambio generacional y el peronismo tardó en entenderlo. Quizás se podría haber hecho antes. Me parece importante que aparezcan figuras jóvenes, como Axel o Máximo. La sociedad lo muestra en cada elección: cuando hubo figuras viejas, nos fue mal”.
Más allá de plantear la necesidad de este “recambio generacional”, Fernández reivindica la conducción de la actual vicepresidenta Cristina Kirchner: “Cristina tuvo un gesto muy grande, que fue el de correrse de ser la candidata ella. Es lo que está haciendo, acompañar a dirigentes jóvenes. Cristina es el ejemplo”. Al respecto añadió: “Cristina, que es la conducción para mí, hizo una propuesta que es Alberto y lo está dejando ser presidente a él. Ella ocupa un rol de acompañarlo. Si el presidente es Alberto, él tiene que tomar las decisiones, entiendo que las charla con Cristina. El presidente es él y dirige. Si no, no podés conducir un país como la Argentina”.
