La importante devaluación que se produjo a partir del lunes, que llevó el dólar a 58 pesos, impactó de lleno en la venta de autos, un rubro que fue incentivado por el Gobierno con distintos subsidios ante estrepitosas caídas. La primera medida que tomaron la mayoría de concesionarias y terminales fue parar la facturación hasta que el billete verde encuentre estabilización.
General Motors avanzó un paso: decidió una suba de 23% de toda su lista de precios para sus modelos en pesos, vigente a partir de este martes. Voceros de las demás compañías dejaron trascender un aumentos pero no quisieron adelantar cifras. Existe una explicación para esto: la mayoría de los modelos que se expenden son importados, en un 70%. Y los automóviles de fabricación local contienen entre un 60% y 80% de componentes que se realizan en el extranjero.
El correlato de esta situación será una baja en la venta de autos. Desde ACARA se encargaron de establecer que el impacto del dólar recién podrá verse a fin de mes, cuando se procesen los patentamientos. La entidad no se animó a realizar un pronóstico de caída ante la depreciación del peso frente a la divisa norteamericana.
Germán Gigy, presidente de Grupo Antún, dijo que hoy no tienen precio ni para los 0km, ni para los usados.»Veníamos de una suba con el plan de Gobierno y hemos tenido un mes de julio muy bueno, y agosto había empezado un poco arriba pero el balde de agua fría mató los precios», señaló. «Nosotros podemos darle precios a la gente y en este momento, hasta mañana, vamos a tener los nuevos precios atados a la suba del dólar», advirtió.