Estacioneros preocupados por caída del consumo y cierre de bocas de expendio

El mercado de combustibles en nuestro país refleja la crítica situación económica general, con aumentos constantes que reflejan la suba de costos y un igualmente sostenido retroceso del consumo. En ese escenario recesivo, se espera que en este año se acelere el cierre de bocas de expendio.

Después de un nuevo aumento de 2,8% en promedio anunciado este jueves por las petroleras YPF y Shell (justificado por la suba del dólar y del barril Brent), el litro de nafta súper quedará cerca de los 40 pesos en las estaciones de servicio porteñas. El nuevo incremento confirma que la dinámica de suba de los combustibles está lejos de ser un fenómeno pasajero. En los últimos 12 meses aumentaron un 60%, más de diez puntos por encima de la inflación en el mismo período. Los aumentos también responden a una lógica regional, siendo regiones como la Noroeste o la Pampeana, las más afectadas, con incrementos de 68 y 63% respectivamente.

En ese escenario, la demanda de naftas o gasoil viene cayendo sostenidamente. Desde la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (Fecac) confirmaron que el consumo de estos combustibles durante el primer bimestre del año cayó un 8% en términos interanuales (en comparación con el mismo período del año anterior).

La sostenida caída del consumo multiplica las preocupaciones de los estacioneros, que en los últimos meses han visto cerrar a decenas de estaciones de servicio. Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la Argentina (Cecha), comentó: “No conviene que aumente la nafta, es así de concreto. La gente está comprando menos y eso se nota cada vez más. Es una ecuación muy simple: si el combustible vuelve a subir, tendremos una caída todavía mayor en los niveles de ventas. Eso terminará de empujar a la crisis a muchas estaciones de servicio, que hoy hacen esfuerzos enormes para mantenerse operativas.

Raúl Castellano, referente de la Cámara de Empresarios de Combustibles de Córdoba (CECC), explicó que las bocas de expendio prefieren que no sigan las subas, luego de un verano peor de lo esperado: “Tenemos una caída muy fuerte en el despacho, algo que se agudizó desde septiembre del año pasado. En noviembre y diciembre sufrimos una caída del 10% en las ventas. En ese sentido, observamos una continuidad de la merma y eso ya genera preocupación en la gente del sector en términos de empleos y supervivencia del negocio”.

Desde el sector afirman que, más allá de cierres de estaciones aislados, aún no se han registrado despidos masivos en el sector, pero reconocen una gran preocupación para este 2019. Gabriel Bornoroni, titular de la Fecac, concluyó: “Los costos operativos siguen en alza y eso nos obligó a invertir más, lo cual en muchos casos colocó a varias estaciones en situación límite. A medida que el precio de los combustibles se incrementa, debemos poner más dinero para reponer el producto. A eso hay que sumarle otros inconvenientes como los depósitos en efectivos, y los plazos e intereses atados a las operaciones con tarjeta de crédito”.