Ante un nuevo aumento de la carne, estiman que podrían cerrar carnicerías

El precio de la carne sigue en aumento: subió 7,4% en febrero y en lo que va del año lleva un alza del 14%. Los cortes populares, como el asado, la carne picada, la nalga, la paleta y el cuadril, son los que sufrieron el incremento, según detalló la consultora Eco Go, y estiman desde la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la ciudad de Buenos Aires que podrían cerrar establecimientos por una caída de la demanda.

«Estos precios son muy caros, imposibles para el consumidor», dejaron en claro desde la entidad y agregaron que «si la carne sigue a estos precios, van a empezar a cerrar negocios. No pensemos que en un mes solucionamos el problema. No, esto va a ser largo, no lo soluciona una sola persona, tienen que estar todos en la mesa».

Precisamente, los precios de la carne vacuna aumentaron un 49,5% interanual, con alzas de cortes de vacío (11,2%), cuadril (10,5%) y falda (10,2%). Hoy, por ejemplo, un consumidor está pagando cifras altas para el kilo de vacío, entre 300 y 350 pesos, y el kilo de asado, con 250 pesos. Situación que llevó a una baja del consumo sostenida a lo largo del tiempo: de acuerdo con el IPCV, pasó de un promedio de 66,1 kilos anuales por habitante en 2000 a 56,4 en el último año.

El presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), Ulises Forte, ofreció una explicación sobre lo que pasó: “No vamos a negar o minimizar las subas –que fueron altas en los últimos dos meses– pero un diagnóstico certero de la situación podría evitar a futuro estas disparadas de los precios que habitualmente son seguidas por un planchazo que tampoco ayuda”.

En esa línea, comentó que “la base del problema fue, sin ninguna duda, la escasez de oferta. Buscando las explicaciones más sencillas del fenómeno, hay que decir que en primer lugar estamos sufriendo las consecuencias de los fenómenos climáticos extremos –inundaciones y sequías- de los últimos dos años”.

No obstante, destacó que en los últimos años “los aumentos de la hacienda y de la carne en el mostrador habían estado por debajo de la inflación general, con un importantísimo aumento en los costos“. “Más allá de los motivos más o menos coyunturales, lo cierto es dejamos que el crecimiento de la demanda fuera cubierto por la oferta con las leyes del mercado“, añadió.

Por otro lado, el dirigentee habló de las condiciones que implementó el mercado para el campo y el rol que debería tener el Estado: desde su visión, el mercado “dijo” que “no se priorizara la oferta y estamos pagando las consecuencias“. «El mercado dijo que la soja fuera más negocio que la ganadería o, más aún, indicó que era más negocio tener la plata en bonos o en Lebacs que en vacas en el campo. Entonces hubo desinversión y eslabones con muy baja rentabilidad (especialmente la cría), sin incentivos impositivos ni créditos con tasas acordes para la producción“, estimó.

Además, se necesita un “Estado activo que acompañe la libre oferta del mercado, para evitar estos serruchos de precios y que la producción y la oferta garanticen la demanda”.