Amicone de Calzado: entre la preocupación y el optimismo sobre el futuro del sector

La actividad del Calzado venía ya castigada desde hace algunos años, y sumada a la pandemia, la situación es muy compleja en el sector. La esperanza, en principio, está puesta en comenzar a retomar «cierta normalidad» pero con la consciencia de que, aún pasado el pico de contagios, después del Covid 19 no todo va a volver a ser como antes.

Es por eso que ya se está tratando de aprender a vivir con otras reglas de juego, como trabajadores y sociedad en su conjunto. «En el sector industrial no es una tarea sencilla porque estamos hablando de una nueva diagramación productiva con características propias en cada establecimiento», remarcó Agustín Amicone, secretario general de los trabajadores del Calzado.

Esto significa todo un desafío en cuanto a «la mano de obra y también cuando está más mecanizado». Indudablemente «en establecimientos de gran envergadura significa replantear el parque de maquinarias que cada uno de ellos tiene y también significa replantear otro tipo de utilizaciones y elementos que hay para la fabricación de calzado», describió Amicone.

Y en ese sentido, remarcó que «en la producción del calzado hasta el lavado de manos frecuente resulta una dificultad debido a los productos que se utilizan»,  sobre todo refiriéndose aquellos tipos de calzados que son pegados, con pegamentos adhesivos de alta complejidad con sus respectivas complicaciones de carácter tóxico.

“Estamos aprendiendo todo”, sintetizó el líder del Calzado, “haciendo nuestra propia experiencia y copiando a otros países que ya han atravesado la misma situación y nos sirven como guía”, afirmó, al tiempo que aseguró que “también significa un desafío para los empresarios, y «hay muchas empresas que han adecuado o están adecuando sus planes productivos a la nueva realidad sanitaria, pero para muchas PyMes se les hace dificultoso, porque trabajan casi en el día a día y esto significa un nuevo costo”.

Se suma que, mantener la distancia necesaria, genera un cambio en los espacios físicos de las fábricas que quizás tengan que pensar en otros lugares, en el alquiler o la contratación de otras formas productivas y también en la tercerización ya que algunas empresas no cuentan con los metros suficientes para el nuevo desarrollo y colocación de maquinaria conforme a los protocolos y la productividad necesarias”.

En el medio se genera la preocupación de que esto pueda generar “informalidad, trabajo en negro y tercerización de una manera que no sea blanqueada”, preocupación que comparten con el Gobierno, a punto de lanzar un paquete de medidas que puedan impulsar un plan de Desarrollo que logre comenzar una etapa de crecimiento económico.

Paradójicamente, Amicone se mostró optimista, respecto a que, pasado éste momento crítico va a comenzar la “reactivación”, se van a extremar medidas que van a hacer una mayor producción de origen local y va a haber cierta pérdida de interés por los productos importados como lamentablemente ocurrió en los últimos años en la industria” y puso el caso de Grimoldi –la empresa más antigua del país- que el último tiempo trajo del exterior el 80% de su producción.

Amicone adelantó que, a fin de ir delineando un «plan de salida» se reunirán el próximo miércoles con el secretario de Industria, Ariel Schale, dado que el gran desafío es que la industria del calzado pueda desarrollarse en el país y empezar a transitar el camino de qué mayores ventajas se le puede dar al sector para que eso suceda, ya que todo el desarrollo de la manufactura del cuero en la Argentina tiene muchas posibilidades.

Amicone: «Soy optimista en la reactivación del sector porque habrá menos importación y más interés en el producto local»

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