Las repercusiones no se detienen desde que el secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodríguez, uno de los más férreos defensores de Alberto Fernández, tomó distancia del Gobierno para referirse a los precios y reconocer la gran preocupación que “existe en los distintos sectores de la economía” por el “rumbo inflacionario que lleva el país”.
Suele ser un clásico del histórico cegetista que está a punto de entrar en paritarias, y cuyas peleas no suelen satisfacer del todo a sus bases, siempre críticas de su limitada pelea a la hora de defender los salarios de sus representados.
Quizás por eso, en días claves, el titular de UPCN hizo foco en la “pérdida de poder adquisitivo de los salarios” y la necesidad de “recomponerlos” y ganarle a la inflación, pero lo que resuena no son tanto sus declaraciones, sino la «desconfianza» existente dentro de la Confederación General del Trabajo en la «guerra contra los precios».
Por otra parte, hizo un paréntesis en defensa de “un vasto sector de la población que tiene trabajo informal y que necesita de políticas que lo defiendan de la espiral inflacionaria que devalúa los ingresos mes a mes”. Los últimos informes oficiales avalan que el 25% de los trabajadores formales son pobres, lo que habla a las claras de la gravedad que reviste el sector de los trabajadores «en negro».
Andrés Rodríguez, fue uno de los sindicalistas que se reunió la semana pasada con el presidente Alberto Fernández y expresó esas conclusiones luego del encuentro junto a empresarios. Además, sorpresivamente se mostró en contra del sistema de control de precios que lleva adelante la Secretaría de Comercio Interior, encabezada por Roberto Feletti, política que sigue profundizándose día tras día.
Al respecto dijo que «lo importante es buscar acuerdos y compromisos» porque “el control de precios está demostrado que no da buenos resultados”. Como adicional se supo también que de los 1700 productos del acuerdo, 600 habían sido incumplidos, dándole la razón al titular de los estatales en su descrédito por las políticas de Comercio Interior.
Esa cita en el gremio de Sanidad que comanda Héctor Daer, que se extendió durante tres horas y tuvo como uno de los temas centrales la inflación que la economía argentina viene arrastrando desde hace años y que, en los primeros dos meses del 2022, continúa en números elevados, fue el anticipo de próximas
A ello debemos sumarle el anticipo de que «marzo traerá aparejados números más altos de aumentos todavía», básicamente porque «no soy mago», manifestó el secretario de Comercio Interior.
Así es que “en la mesa tripartita conformada para el diálogo, ninguna de sus tres patas parece estar completamente convencida de las herramientas que utiliza la cartera de Hacienda para combatir la suba de precios”. Como sabido es que la Economía se basa en expectativas, la falta de confianza en las medidas, conduce en parte a su fracaso.