Fernández afirmó que el objetivo oficial es lograr que la inflación “no se coma” los aumentos salariales

Este jueves, en un acto desde una fábrica productora de maquinaria agrícola en la provincia de Santa Fe por el lanzamiento de programas productivos, el presidente Alberto Fernández reconoció que la principal preocupación del oficialismo pasa porque “la inflación no se coma los aumentos salariales obtenidos.

Acompañaron al Presidente el gobernador de Santa Fe Omar Perotti, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, el intendente local Horacio Compagnucci y el presidente de la fábrica de maquinarias Ombú Orlando Castellani. También el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, el secretario General de la Presidencia Julio Vitobello, los secretarios de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa Ariel Schale y de Energía Darío Martínez.

Según el Indec, en enero los salarios volvieron a perder contra la inflación

El mandatario también recordó que entre 2003 y 2015 “el salario real creció 19 puntos”, mientras que en el Gobierno de Mauricio Macri cayó 20. “Todo lo que se logró en 12 años se perdió en 4. Nosotros llevamos recuperados 4 puntos de los muchos que tenemos que recuperar”, remarcó durante el acto de lanzamiento de los programas nacionales de Desarrollo de Proveedores (Prodepro) y de Desarrollo de Parques Industriales.

Luego insistió en que “estamos produciendo mucho más, se está generando mucho empleo, pero no estamos logrando distribuir” y enfatizó la importancia de “corregir los salarios y que la inflación no se coma los aumentos”.

El Indec difundió los nuevos datos de pobreza e indigencia, con importantes caídas en ambas cifras

Fernández también recordó el aniversario de la histórica marcha realizada en 1982 por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra las políticas económicas de la dictadura cívico-militar y los avances del “capitalismo especulador y financiero” tanto en aquél momento como en la administración de Cambiemos.

En este sentido, agregó: “Quienes convocaban a salir a las calles decían lo que pasaba en la Argentina, cómo la apertura indiscriminada de importaciones había terminado con la industria nacional, había generado el desempleo y postergado el desarrollo de la sociedad y como se había desindustrializado el país. Uno tenía la sensación de que estaba hablando de lo que pasó hace muy poquito, de lo que pasó entre 2015 y 2019”.

En la misma línea, remarcó la distinción entre un “capitalismo ético” que “arriesga capital, produce, genera empleo y distribuye” con un capitalismo “financiero” que se dedica a la “timba”. Y concluyó: “Los que gobernamos en la Argentina creemos en la producción, en el desarrollo y en la distribución equitativa del empleo”.