La capital de la provincia de San Luis no tuvo servicio de colectivos por octavo día consecutivo debido a un paro de chóferes, afiliados a la UTA, que reclaman el pago de salarios atrasados y el depósito de los aportes jubilatorios. La medida afectó a más de 200 mil pasajeros.
El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) San Luis, Iván Piñeiro, es intransigente. Dejó en claro que la medida continuará por tiempo indeterminado hasta que los trabajadores «cobren todo lo que se les debe». Además reclamó que se regularice la situación de la obra social, cuyos servicios «están cortados».
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Ante esta problemática, el intendente Sergio Tamayo, electo este año y quien asumió el 10 de diciembre, reconoció que la crisis de Transpuntano, la firma que gestiona el servicio de colectivos «es profunda, y no solamente se trata de las deudas salariales o de aportes, sino que no hay dinero para comprar combustible destinado a las unidades, y un gran porcentaje de las mismas no están en condiciones de circular».
Tamayo, cuando asumió su cargo el pasado martes 10 de diciembre, informó que recibió el municipio de parte del ex intendente Enrique Ponce con 2.500 pesos en la caja. También se hizo eco del conflicto el diputado provincial Gastón Hissa, presidente del interbloque San Luis Unido, quien envió una nota al gobernador de la provincia, Alberto Rodríguez Saá, pidiéndole libere fondos a la Municipalidad de San Luis para solucionar la crisis del transporte urbano en la capital provincial.