La venta de medicamentos se desplomó en el mes de julio, con un retroceso del 13,9% interanual, logrando colocarse como el peor mes del año para el sector. Este año, los medicamentos ya aumentaron un 41%, muy por encima de la evolución general de la inflación.
Tanto desde la industria farmacéutica como desde el Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos reconocieron que se trató del peor mes del año. La profundidad de la crisis se refleja también en el cierre de 74 farmacias desde enero, lo que implicó la pérdida de unos 800 puestos de trabajo. Según estadísticas del sector, a esta altura de julio de 2018 se habían comercializado cincuenta millones de unidades de medicamentos, mientras que hasta el mes pasado apenas se habían vendido 43,5 millones.
Significativamente, las mayores caídas en ventas se produjeron en medicamentos destinados a problemas habituales de la tercera edad, como antihipertensivos o aquellos destinados al tratamiento de enfermedades crónicas (por otro lado, aumentó el consumo de ansiolíticos y antidepresivos). Otro elemento de preocupación es que la baja en la compra de medicamentos no se registró solamente en las farmacias sino también en las compras mayoristas de hospitales públicos y clínicas.
Según la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), el anunciado sistema de descuentos de hasta un 70% para los medicamentos, anunciado por el oficialismo en abril, en el momento más grave de la recesión económica, finalmente nunca fue instrumentado a nivel nacional. Según voceros de COFA, “el plan existe pero siempre fue privado y el gobierno intentó apropiárselo en los anuncios”.
Marcelo Peretta, titular del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos, denunció que “la irracionalidad de los precios es un grave problema de salud pública” y que “todo quedó librado al mercado y los grandes laboratorios aumentan lo que quieren”.
