Dentro del paquete de medidas que impulsó el Gobierno para amortiguar la fuerte depreciación del salario y de las jubilaciones, sufrida en los días posteriores a las elecciones primarias, se encuentra el de las áreas de Salud, quienes gestionan con premura el congelamiento de precios de un grupo de medicamentos claves para la salud.
El acuerdo que intenta establecer el Gobierno con la industria farmacéutica sería con vistas a un congelamiento de precios por un tiempo estimativo de entre 60 y 90 días e incluye una «canasta básica» de medicamentos que incluye: antibióticos, analgésicos, antihipertensivos, betabloqueantes y oncológicos, entre otros.
El problema de esta cuestión, es que el proyecto se encuentra todavía en una etapa “preliminar” según fuentes de la Secretaría de Salud de la Nación que encabeza, Adolfo Rubinstein. Y los tiempos son “contrareloj”.
Sobre todo, según algunos actores del sector, el apuro está dado por ser nada más que una “medida electoral”. Así lo definió el secretario general delos Visitadores Médicos (AAPM), Ricardo Peidro, quien además afirmó: “ésta medida no tendrá impacto significativo para la población, porque el acuerdo para el congelamiento del que se habla está hecho sobre un piso de precios demasiado alto. El daño ya está hecho”, denunció el también secretario general de la CTA Autónoma.
El dirigente gremial confirmó sí un “congelamiento efectivo” pero de salarios. “las paritarias de los visitadores médicos, los laboratorios los tienen congelados desde hace años y con el aval del actual Gobierno”, acusó.
Desde la industria farmacéutica se excusan en el nivel de retracción en la venta de medicamentos que alcanzó el 10% sólo durante este año. El flamante presidente de la Asociación de Propietarios de Farmacias (ASOFAR), Norberto Mañas, alertó por la coyuntura que atraviesa el sector. «Ya cerraron 500 farmacias en el último año que no pudieron sobrellevar la cadena de pagos con las droguerías, que te cortan el crédito», indicó.
Según lo que trascendió hasta ahora, lo que se pretende replicar desde el Gobierno es el convenio alcanzado con las empresas de consumo masivo en el rubro alimentos con los «Productos Esenciales». Los laboratorios anticiparon que de llegar a un acuerdo así nunca será superior a los “sesenta días”.
En este sentido, el acuerdo definiría una «canasta básica de medicamentos» compuesta en el caso de los laboratorios nacionales por el 70% de los productos que producen y en el de los extranjeros, será un listado de drogas de alto costo para tratamientos especiales.
El pasado lunes se habrían retomado las reuniones con las cámaras que nuclean a los laboratorios nacionales y extranjeros, luego de un “parate” ocasionado por la reprogramación de algunos pagos de deuda, y del dólar que saltó a 62 pesos.
Ahora, con algo de estabilidad, -pese al golpazo que significó el anuncio de un 4% de inflación en el mes de agosto y la proyección de números más elevados aún para los próximos meses- intentan concretar este propósito de que los laboratorios retrotraigan los precios a niveles previos al 11 agosto, pues la caída de ventas en productos de primera necesidad para la salud, como los medicamentos, particularmente en adultos mayores, habla a las claras de la magnitud de la crisis que nos abarca.
