ste miércoles los camioneros autoconvocados que llevaban adelante un bloqueo al puerto de Quequén, en el marco del uso extraordinario del mismo para la carga de cereales obligado por la bajante histórica del río Paraná, decidieron levantar la medida de fuerza y permitir que los camiones cargados de grano pudieran ingresar a ese puerto bonaerense. Sin embargo, una medida similar se mantiene hace una semana en el puerto de Bahía Blanca, otro de los destinos alternativos para la carga cerealera ante la crisis hídrica que impide el uso de las terminales de carga de Santa Fe.
El reclamo de los distintos sectores de transportistas autoconvocados que organizaron las medidas de fuerza en ambas terminales portuarias apunta a exigir que las tarifas orientativas vigentes a nivel nacional para el transporte de carga pasen a ser de pago obligatorio. El conflicto, que comenzó como un paro de 48 horas el miércoles pasado, se fue extendiendo hasta hoy. Finalmente, gracias a las gestiones del Consorcio de Gestión del Puerto de Quequén, se logró que los transportistas permitieran el acceso de los camiones cargados a puerto.
A través de un decreto, se oficializó el control estatal de la Hidrovía Paraná Paraguay
Debido a la bajante histórica del Paraná, que impide que los barcos cerealeros carguen en los puertos de la zona de Rosario, se buscó hacer los embarques por estos otros puertos alternativos (con un encarecimiento notable de costos, que según algunos sectores empresarios llegaría hasta a un 300%). Así el puerto de Bahía Blanca incrementó un 46% el arribo de camiones en relación con el año anterior y el de Quequén un 100%. Pero hasta hoy no estaban pudiendo ingresar a realizar las descargas correspondientes.
Se estima que había más de diez mil camiones esperando a descargar en ambos puertos, lo que no sólo implica un severo problema logístico para los propios trabajadores sino para el esquema exportador en general y hasta para el Gobierno nacional, que con los retrasos sufre millonarias pérdidas en cuanto al ingreso de divisas, que son vitales para la economía nacional en momentos de tensión cambiaria.
Desde la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) se denunció con fuerza a los bloqueos como “ilegales” y se condenaron los ataques que sufrieron algunos camiones cargados en las afueras del puerto de Bahía Blanca. Gustado Idígoras, presidente de la entidad industrial, planteó: “Es necesario que el gobierno provincial actúe rápidamente para garantizar la libre circulación. Somos víctimas de un conflicto ajeno donde un grupo de camioneros no agremiados impiden que los demás camioneros puedan ingresar a los puertos con granos”.
Y añadió: “El daño económico para el país es enorme. Suman 11.000 los camiones que no ingresaron a puerto y que se contabilizan como perdidos, hay 40 buques esperando para cargar 1,20 millones de toneladas de maíz, trigo y harina de soja, entre otros productos”.