Se intensificarán las restricciones y controles para el transporte público

Más allá del toque de queda nocturno, que finalmente no sería obligatorio y quedaría a criterio de los gobernadores, una de las áreas principales a las que apuntarán las nuevas restricciones oficiales para tratar de volver a aplanar la curva de contagios de coronavirus será la del transporte. Nuevamente se volvería a limitar el uso del transporte público sólo a los trabajadores esenciales, con un reforzamiento de los controles en puntos estratégicos.

Este jueves el ministro de Transporte Mario Meoni adelantó que “habrá un mayor control para que efectivamente el servicio sea para los trabajadores esenciales”. El funcionario anticipó también que “probablemente” las trabajadoras domésticas no queden incluidas en la categoría de trabajadoras esenciales, volviendo así a una situación similar a la de los primeros meses de la epidemia.

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Respecto de los vuelos internacionales ya se resolvió un recorte de por lo menos un 30% en su frecuencia (con la prohibición total respecto de algunos países de Europa donde se multiplicó la nueva cepa inglesa), mientras que los de cabotajes seguirían funcionando como hasta el momento, aunque se realizará “un seguimiento más profundo de los pasajeros y pasajeras que circulan por el país”.

En cuanto a los colectivos de larga distancia, el funcionario detalló: “Hay provincias que están pidiendo PCR negativo para el ingreso a su jurisdicción y estamos viendo cómo implementamos ese mecanismo, pero los servicios de larga distancia van a continuar”.

En provincia de Buenos Aires la ministra de Gobierno bonaerense Teresa García confirmó que se va “a restringir el transporte público para esenciales y la nocturnidad en una franja horaria”. A este respecto, aclaró que “cuando esté la definición nacional de la nocturnidad” se estipulará junto “con los intendentes el horario”. “Si no se restringe la circulación, ¿qué otra cosa se hace? No hay otra forma de frenar el virus”, manifestó.

Si las restricciones en el transporte dieran resultado, no se prevén más medidas. Pero García concluyó: “Si el virus sigue creciendo, la única alternativa será cerrar, como en otros lugares del mundo. Y no es lo que queremos. Hay fiestas clandestinas que superan las 500 personas. Es imposible pensar que no se va a contagiar nadie”.