De la producción local de un millón de unidades anuales que soñaba Macri a la recesión severa que atraviesa la industria automotriz, tanto en el caso de terminales como autopartistas, hay un abismo. Y esa mala noticia significa una replanificación en las concesionarias donde recortarán al menos 7.000 despidos entre el segundo semestre y los primeros meses de 2020.
Si bien la caída de ventas fue muy abrupta, no fue en la misma magnitud la cantidad de despidos pero sólo porque según advierten las empresas “hoy es muy difícil despedir y pagar indemnizaciones”. Pero sigue en pie “el plan” de achicar las estructuras un 50%. Ya lo han hecho en más de un 15%, con lo cual el goteo continuará hasta alcanzar ese otro 35% que todavía está pendiente.
De ahí la gravedad de la situación, pues se espera una fuerte pérdida de trabajo entre los autopartistas. Ya en 2018, el sector fabricante de partes perdió 2.500 empleos respecto del 2017, y la proyección de fabricación es de 350.000 unidades, un tercio de lo que supo ser la vara del Gobierno en tiempos donde el crecimiento económico todavía era una posibilidad.
Las previsiones actuales son muy negativos y peor aún: la firma del nuevo acuerdo bilateral con Brasil amenaza con golpear más la industria ya que subirán las importaciones desde ese destino.