De acuerdo con un relevamiento de la consultora Focus Market, entre agosto de 2019 y el mismo mes de este año hubo aumentos del 100% en las jubilaciones y del 99% en el salario mínimo, vital y móvil, en tanto el precio del arroz subió en el mismo lapso un 254%. De la comparación se desprende que en la actualidad una jubilación alcanza para comprar 43,5% menos de arroz que hace dos años.
Otros productos que componen la canasta básica y que registraron en los últimos 24 meses incrementos desorbitantes en sus precios fueron el asado (194%), los aceites (192%), el tomate (189%), la carne picada (180%) y la nalga (179%).
Además de los productos ya mencionados, hubo otros que tuvieron en los 24 meses transcurridos aumentos superiores a cualquiera de los haberes mencionados. Entre ellos, se pueden citar a los vinos (176%), las conservas (168%), los enlatados de pescado (163%), la yerba mate (158%), el filet de merluza (148%) y el pollo entero (137%).
Por más que el último aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil haya sido transmitido como un éxito, alcanzará los 33 mil pesos en febrero 2022 cuando la canasta básica para no ser indigente ya supera los 34 mil.
Pese al incremento y a que hace cuatro meses que las subas del salario mínimo le vienen ganando a la inflación, el nivel sigue siendo insuficiente para hacer frente a los gastos elementales de una familia, si se tiene en cuenta que la Canasta Básica Total (CBT) que mide los límites de la pobreza, fue en agosto de $68.359 para una familia de cuatro integrantes.
Entre agosto de 2019 y el mismo mes de 2021, la jubilación mínima pasó de $11.529 a $23.065 y el salario mínimo, vital y móvil de $14.125 a $28.080. En el mismo lapso, el salario básico de una enfermera de piso subió un 119% (de $29.413 a $64.367), el haber medio un 89% (de $45.000 a $85.000) y el inicial docente un 64% (de $21.000 a $34.500), pero esos incrementos que parecen significativos, se diluyen en la comparación de precios con los alimentos, casi el único bien al que puede acceder un trabajador o un jubilado que gana éstos montos.
Dentro de las frutas y verduras, además del 189% del tomate hubo subas de 176% en la manzana, 137% en la batata, 131% en el limón y 110% en la banana. Los incrementos de los lácteos fueron menores a los de resto debido a un acuerdo sectorial de precios lácteos “cuidados” que hicieron posible poner una variedad de productos más accesibles en las góndolas pero menos significa igual cifras desorbitantes para los bolsillos y en comparación con los índices de inflación del resto del mundo: el queso pategrás (109%), el sardo (103%) y el cremoso (97%), en tanto el dulce de leche aumentó 92% y la manteca 88%.
Las posibilidades de revertir el deterioro de salarios y jubilaciones frente a los precios de los productos de consumo masivo parecen remotas en un escenario donde hay fuertes políticas de control pero con resultados adversos.
En un año, los precios mayoristas subieron más del 60%, según el Indec. Registraron en agosto un alza del 2,5%, similar a la inflación minorista, y acumularon en un año un incremento superior al 60%, informó el INDEC. Entre enero y agosto, los costos acumularon un alza del 36% y en comparación con igual período de 2020 subieron 60,5%, según la información oficial.
Los números de los mayoristas se ubican por encima de los precios minoristas, salvo el resultado de agosto que fue el mismo, mientras que en lo que va del año aumentaron 32,3% los costos de venta al público. En tanto, si la comparación se hace contra agosto del año pasado, el Índice de Precios Minoristas (IPC) acumuló un aumento del 51,4%.
El aumento fue explicado principalmente por el desempeño del rubro manufacturas de origen nacional (3,2%) y en dentro de ese rubro los que más influyeron fueron alimentos (3,9%), sustancias y productos químicos (4,4%) y vehículos (3%). En la comparación interanual, las alzas para los productos nacionales (primarios y manufacturados) y también los importados estuvieron en torno al 60%.