Con la llegada de Domínguez a Agricultura, se renuevan las expectativas de «buena convivencia» con el campo

El flamante ministro de Agricultura, Julián Domínguez, designado luego de las elecciones primarias, es del interior y de vasta experiencia en la relación con los sectores rurales. Ocupó cargos durante los gobiernos de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. También en la gobernación bonaerense durante la gestión de Ruckauf, como ministro de Obras Públicas. El experiencia y moderación del hombre de Chacabuco, amigo del Papa Francisco, cayó bien en los sectores del campo, en clara tensión con el Gobierno por políticas como el cepo aplicado a la exportación de carnes.

Domínguez vuelve a un ministerio en el que ya estuvo, en 2009, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner designó a Domínguez como ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cargo que mantuvo hasta 2011, cuando resultó electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.

El presidente de la Sociedad Rural (SRA), Nicolás Pino lo describió como un hombre de “buen diálogo”. Para Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Domínguez ha sido «un hombre de experiencia, de acercamiento con el sector. Tiene un conocimiento administrativo del Ministerio» y «fue un hombre de puertas abiertas», apuntó. Sin embargo, señaló que «si no cambia la actitud del Gobierno hacia el sector, el cambio de ministro no cambia nada».

Por su parte, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, recordó que Domínguez llegó a Agricultura un año después del duro conflicto por las retenciones móviles en 2008, -la 125- y “en su momento, tuvo un accionar muy positivo para recomponer la situación», valoran desde el sector y se ilusionan en que colabore para que “haya un cambio en la relación con el sector”.

De hecho, Julián Domínguez,  en su primer discurso luego de la asunción, señaló que «no se concibe a la Argentina sin el campo» y en su archivo, se registra, muy poco tiempo atrás una “autocrítica” señalando que “la dirigencia política no entiende el campo”. Fue el mes pasado durante la reunión de empresarios “Experiencia IDEA Agroindustria”. Allí recalcó que la mayoría de los funcionarios que tenemos en los ministerios son de la Capital Federal. “No somos un país federal. Falta una visión en ese aspecto que pueda integrar las capacidades del campo”, señaló el nuevo titular de la cartera agropecuaria, “música para los oídos del sector rural”, que confía, pero a medias, en que el flamante ministro pueda “torcer” el rumbo de la gestión Fernández Fernández.