En las últimas horas, informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y estadísticas locales confirmaron que la recuperación económica argentina fue una de las más destacadas de la región, generando también una importante recuperación del empleo y una reducción de la desigualdad social. Los datos argentinos son fuertemente contrastantes con los de la mayoría de los países del mundo, donde el impacto pandémico fue más duradero.
En este sentido, el FMI fue optimista con sus proyecciones para nuestro país, estimando un crecimiento de alrededor de 4% para 2022 y de un 2% para este 2023, lo que es un dato significativo por ser un contexto de fuerte desaceleración económica global. Así, Argentina crecería por encima de la mayoría de las economías del mundo, ubicándose sólo por debajo de Arabia Saudita (3,7%), China (4,4%) e India (6,1%).
Los datos oficiales de nuestro país presentan para 2022 una cifra de crecimiento superior a estos pronósticos, llegando al 6% de aumento del Producto Bruto Interno (PBI), según manifestó el presidente Alberto Fernández, por lo que las proyecciones para 2023 incluso podrían ubicarse por encima de las expectativas del organismo de crédito internacional, particularmente si se sostiene la tendencia a la normalización del precio de las commodities.
En un análisis por ramas productivas, el desempeño local también se destaca a nivel internacional. El sector automotriz argentino creció en octubre un 23,7% en relación con el mismo mes de 2019, mientras que en promedio el desempeño global fue de 1,6% y cifras similares se mostraron en el transporte(14% positivo contra una caída promedio de 9,2%) y en rubros como maquinaria y equipo (23,7% y 4,1%), farmacéuticos (11% y 2,9%), textiles, indumentaria y cuero (9,3% y -10,1%), químicos (5,2% y.-6,3%) y productos de plástico, caucho y minerales no metálicos (13,2% y -0,3%).
Un fin de 2022 con repunte de la actividad industrial y caída de la construcción
En lo que hace al empleo, la tendencia a la recuperación continúa siendo clara. En comparación con octubre de 2019, los asalariados del sector privado crecieron 3,2%, el sector público 5,1% y los monotributistas 23,9%. Sin embargo, corresponde remarcar que casi la mitad de los nuevos empleos creados se vinculan con el empleo público o con el monotributismo, lo que implica importantes niveles de precariedad laboral. En promedio, los asalariados del sector privado registrado ya recuperaron toda la caída de la pandemia y gran parte del retroceso de los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri. Apenas faltan 90 mil puestos laborales para llegar al máximo de marzo 2018. Según datos de la OIT, ya durante el segundo trimestre de 2022 la tasa de ocupación a nivel mundial alcanzó el nivel previo a la crisis, reduciendo la tasa de desocupación en 2,8% interanuales, para llegar a un 7,3%.
En base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en nuestro país esta recuperación del empleo se acompañó por una leve mejora en la distribución de los ingresos. Durante el segundo trimestre, el Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar llegó a 0,424 puntos, contra 0,441 de igual período de 2021 y 0,443 de 2020. En este indicador, las cifras son mejores cuanto más se aproximan a cero, que marcaría la equidad absoluta.
Pese a la creación de empleo, el salario medio hoy es menor que a fines del mandato de Cambiemos