Prudencia en la CGT ante los resultados del domingo y marcha por el día del militante

Las redes sociales de los principales dirigentes sindicales no muestran la misma euforia que se dejó ver ayer en el búnker del Frente de Todos. Es que los números fríos no hablan de una “victoria” real del Gobierno, como mencionó el presidente, Alberto Fernández, sino de una derrota menos derrota.

El apoyo explícito al presidente que se hizo desde la calle Azopardo en la campaña para revertir el resultado de las PASO, fue una de las patas que logró dar volumen y probablemente, llegar mejor acomodado a las elecciones del 14 de noviembre, donde “achicar” diferencias en la provincia de Buenos Aires y tener el control en diputados, alcanzó para mantener el clima ganador.

Recordemos que tres días antes se renovó la conducción de la central obrera con una foto de unidad donde quedó adentro también el moyanismo como una de las tres patas de la nueva conducción, que se sumó a los dos secretarios generales ya en funciones: Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estacioneros).

Pero pese a las tibias expresiones del sindicalismo frente al mensaje de las urnas, con el correr de las horas este lunes, comenzaron los llamados por teléfono y las reuniones previas para definir la marcha por el día del militante, el próximo 17 de noviembre, marcha ya anunciada previamente y ratificada por Alberto Fernández, horas después de conocer los resultados.

Con ese fin, ya el pasado martes en Casa Rosada, el mandatario recibió a dirigentes de la Confederación General del Trabajo ( CGT) y a referentes de movimientos sociales, quienes le anunciaron su intención de movilizarse el 17 de noviembre a Plaza de Mayo con motivo del «Día de la Militancia» peronista.

Durante el encuentro, «manifestaron también su deseo de llevar adelante una manifestación el próximo 17 de noviembre para celebrar el Día de la Militancia y apoyar la segunda etapa del Gobierno para seguir avanzando en la recuperación económica y la justicia social», segunda etapa que será una nueva oportunidad para posicionarse hacia el 2023, pese a los resultados adversos a nivel país y con un Senado en equilibrio donde se harán necesarias las negociaciones, pues se perdió la mayoría que comandaba la ex presidenta, Cristina Kirchner.