El triunfo del Frente de Todos se vivió como una victoria este domingo. Es que algunos anticipos devastadores de resultados con 7 u 8 puntos abajo -en Buenos Aires- hacían prever dos años de gestión con enormes dificultades políticas y económicas para gobernar.
Sin embargo, achicar la diferencia de 4 a un punto y media en la provincia de Axel Kicillof, y mantener el control de diputados, dio un respiro a la coalición de Gobierno que anunció en todos los modos posibles que comienza un relanzamiento éstos próximos dos años donde con crecimiento económico y generación de empleo lograrán consolidarse a futuro como Gobierno y la sociedad verá los resultados que la pandemia impidió.
En ese sentido habló de los proyectos que entran a la Cámara Baja para su tratamiento inmediato y que tienen que ver con esa reactivación: el de expansión Agroindustrial, el de Desarrollo de la Industria del Cannabis Medicinal, Compre Argentino; Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas, Promoción de Inversiones en la Industria Automotriz y Promoción de la Movilidad Sustentable.
Con éstas iniciativas en marcha, la previsión es crear entre 600 y 800 mil empleos y dar continuidad a un crecimiento que está previsto en más de un 8% para éste año y que será la clave del «despegue», según el mismo presidente, quien negó que sea el «ajuste» el camino para una vida mejor, sino por el contrario «la expansión económica».
Con un sistema de recuento de votos nuevo, completamente ágil, a las 21 horas ya el país conocía los resultados electorales de una jornada cívica que transcurrió con total normalidad.
La pérdida del Senado por parte de un Peronismo unido es inédito en la historia política argentina y los diez puntos abajo a nivel nacional también, pero no se hizo foco ahí por parte del Gobierno, lo que sí hizo la oposición -quien también festejó- cómo el mapa se generalizó de color amarillo, a excepción del conurbano y las provincias del norte.
