A la par de la espiral inflacionaria, el estancamiento en el consumo comienza a hacerse notar. Las ventas en los supermercados se enfriaron en marzo, lo que representa el primer retroceso en los últimos 10 meses, informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Esto encendió las alertas y anticipa lo que sucederá en los próximos meses de no modificarse los índices de aumento de precios. De allí que ya distintas consultoras señalaron que el estancamiento en el consumo podría resentir el crecimiento de la actividad económica.
En tanto, las ventas en los shopping durante marzo, medidas a precios constantes, estuvieron 24,6% por encima de igual mes del año pasado, y 7,5% por arriba de febrero, según el organismo, lo que en parte hace parecer que lo que no está dispuesto a aceptar el consumidor es la excesiva remarcación de los productos alimenticios.
En las ventas totales a precios corrientes, durante marzo los artículos con aumentos más significativos respecto al mismo mes del año anterior fueron «Alimentos preparados y rotisería», 78,3%; «Indumentaria, calzado y textiles para el hogar», 77,4%; «Verdulería y frutería», 63,4% y «Panadería», 62,7%, incrementos que pusieron un freno en lo que el consumidor puede disponer para ese rubro.
Este estancamiento en el consumo puede condicionar el crecimiento de la actividad que se había previsto para este año. Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central, se estima un crecimiento de 3,5% del PBI para este año. El programa con el Fondo, de hecho, prevé una expansión de entre el 3,5% y el 4,5%.
Se prevé que el consumo puede aumentar en los meses de pago de aguinaldo y una vez ingresadas las paritarias al bolsillo pero dependerá de cuánto de ello evapore la inflación de los próximos meses.
“En los próximos meses podríamos ver mayores restricciones sobre las importaciones y tensiones en cuanto a la disponibilidad energética. En este contexto es natural anticipar que la actividad entrará en un período de estancamiento”, expresaron.
En la misma línea, desde LCG señalaron que, “ya que el consumo representa en promedio 70% del PBI, con una inflación que se acelera, difícilmente ésta variable sea motor de crecimiento durante 2022; especialmente en un contexto donde los incrementos salariales son rápidamente erosionados por la suba de los precios”. Es por eso que se proyecta una desaceleración de la actividad en la segunda parte del año, que redundará en un crecimiento de la economía de “no más del 2%” para el 2022.