Este jueves trabajadores de una sucursal de COTO ubicada en el centro de la localidad de Quilmes, en el sur del conurbano bonaerense, confirmaron que tras el cierre del supermercado y el aislamiento de casi 200 trabajadores, impuesto a la empresa mediante un paro, se habría confirmado que por lo menos 20 de ellos dieron positivo por coronavirus. Trabajadores y gremio denunciaron que la empresa no cumple con los protocolos correspondientes en estos casos.
El día domingo, luego de que varios trabajadores dieran positivo en las últimas semanas, los trabajadores de la sucursal de Hipólito Yrigoyen al 380 tuvieron que llevar adelante un paro de actividades, para visibilizar la dramática situación en las que los ponía la empresa. Denunciaban que después de que se confirmaron casos positivos se obligó a ir a trabajar a personas que habían tenido contacto directo con los contagiados y no se cumplió con los mecanismos obligatorios de desinfección.
Ante esta protesta, el día lunes de esta semana incluso se acercó a la sucursal la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza, quien junto a las autoridades de la firma y representantes gremiales decidieron la clausura preventiva para una desinfección a fondo y el aislamiento de todos los trabajadores de la sucursal por 14 días para realizar los chequeos correspondientes. Dos días después la sucursal reabrió con personal derivado de otras sedes.
Roberto Rodríguez, secretario general del Centro de Empleados de Comercio de Quilmes (CEC), ratificó que la clausura se logró luego de varios días de reclamo por parte del cuerpo de delegados y representantes del sindicato que “insistieron continuamente a la empresa para que ajustara el protocolo de prevención de contagios y cuidado de la salud de los trabajadores ante los primeros casos”.
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Días atrás, la empresa propiedad de Alfredo Coto quedó en el centro de otra polémica, esta vez por incidentes en su sede de Banfield. Luego de confirmar que uno de los trabajadores de la sucursal había dado positivo, ésta siguió trabajando con normalidad hasta que se confirmó el contagio de una cajera, instancia en la que recién se realizó la desinfección. El sábado por la tarde personal de la municipalidad de Lomas de Zamora debió desalojar al público que estaba haciendo sus compras para llevar adelante el proceso de desinfección, provocando asombro en el público que no estaba al tanto de los contagios.
La empresa de Coto ya había sido denunciada por la Cámara de Comercio de Lomas de Zamora por estas prácticas reñidas con la seguridad exigida por los protocolos de funcionamiento de los supermercados durante la pandemia, así como la familia del remisero que trasladó al primer infectado, al que no se le notificó que estaba transportando a una persona contagiada, poniéndola a su vez en una situación de grave riesgo.
Pedro Cruz Henestrosa, abogado de la familia del remisero, sostuvo que la empresa no puede alegar desconocimiento de los protocolos ante la confirmación de casos positivos de contagio. Y agregó: “Por eso, no deja de llamar la atención que si había una persona con un caso sospechoso haya sido trasladada no en una ambulancia sino con un remis de manera particular y de manera interjuridiccional, con lo cual agrava aún más la situación. Así como está planteando hay una objetiva situación de delito. Es una figura muy especifica que es la de violar reglas para evitar la propagación de una epidemia. Está contemplado en el artículo 205 del código penal y prevé una pena de prisión de seis meses hasta dos años”.