Por la tensión con los frigoríficos, el Gobierno debió incluir a las curtiembres entre los rubros esenciales

El contexto de paralización de algunos sectores de la economía por la cuarentena obligatoria dispuesta por el Gobierno para tratar de contener la expansión de la epidemia de coronavirus está generando tensiones y desfasajes productivos. La semana pasada las tensiones entre la industria cárnica y las curtiembres llegaron a una crisis que en la que debió intervenir el Senasa.

A pesar de las restricciones de la cuarentena, los frigoríficos deben seguir trabajando para abastecer a la población de productos cárnicos, siendo una de las industrias consideradas esenciales en el marco de la pandemia. Pero las curtiembres en un primer momento no lo eran, con un mercado en el que los productos de cuero no encuentran canales de venta habilitados en plena cuarentena. Así, los cueros se venían acumulando en los frigoríficos, donde además del perjuicio económico que le generan a estas empresas que cuentan con el pago de las curtiembres como un ingreso extra se estaban transformando en un peligro para la salud ya que al no ser inmediatamente retirados y procesados los cueros de los animales sacrificados se convierten en tóxicos.

Se amplían actividades y servicios esenciales durante la cuarentena

Más en general, el cuero viene bajando de precio en los mercados mundiales (en nuestro país en particular la industria acusó el fuerte impacto del recorte de la producción automotriz, principal salida de sus productos) y el ingreso que logran los frigoríficos por estas ventas viene decreciendo, lo que deriva en un incremento compensador en los costo de la carne que se oferta al mercado.

La semana pasada la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores había alertado: “Hoy nos encontramos con un impedimento central que no sólo incrementará los costos de producción, sino que puede provocar en el corto plazo la paralización de esta, con el consecuente desabastecimiento, especulación y aumento de precios”. Así, a pedido de los frigoríficos, el pasado 30 de marzo el Senasa tomó cartas en el asunto, dirigiendo una carta a las curtiembres, intimándolas a retomar su flujo habitual de retiro de cueros, caso contrario se tomarían las medidas punitivas correspondientes.

La carta firmada por Carlos Paz, presidente del organismo, señala que la falta de participación de determinados eslabones en la cadena de suministros estaba generando una crisis “evitable”: “El hecho de no recolectar o retirar los cueros obtenidos del proceso de los establecimientos de faena, está provocando severos inconvenientes en los procesos de tales establecimientos”. Luego añadía: “Todos estamos realizando un gran esfuerzo sin miramientos respecto de los costos que esta emergencia significa. Les solicito quieran tener a bien retomar el flujo normal de retiro de los cueros de los establecimientos de faena”.

Para tratar de limitar estos desacoples entre los diversos sectores productivos, el viernes pasado el Gobierno nacional decidió incluir también a las curtiembres entre las nuevas actividades económicas habilitadas para retomar su ritmo habitual, considerándolas esenciales y exceptuando a sus trabajadores de las restricciones para el movimiento en la vía pública.