Pese al acuerdo con el FMI, el default parece inevitable para la próxima administración

Aunque desde el oficialismo se presenta la redefinición del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que incluye una ampliación del préstamo a 57 mil millones de dólares y un compromiso de adelanto de los desembolsos para este año y el próximo, lo cierto es que los compromisos financieros del país para el próximo año superan con holgura los aportes del FMI y abren fuertes incógnitas sobre las posibilidades de obtener los fondos necesarios en un mercado internacional cada vez más hostil.

Con la megadevaluación de mediados de este año, el esquema financiero del Gobierno de Mauricio Macri cree haber resuelto algunas de las principales fuentes constantes de demanda de dólares: el déficit comercial y turístico (el dólar caro hace que se importe menos y que se hayan desplomado los viajes al exterior) y los giros de utilidades y regalías de las empresas al exterior (que también se han moderado en los últimos meses). Los dos grandes problemas que afronta la economía nacional tienen que ver con la agenda de pago de deuda externa y la creciente fuga de divisas.

Durante el último bimestre de este año vencen 25.500 millones de dólares, a lo que luego deben sumarse otros 56.745 millones durante 2019 (44.228 millones en bonos y otros 12.517 en letras: Letes, Lebacs, Lecaps y Leliqs). Este total de 82.295 millones de dólares supera holgadamente los desembolsos prometidos de 36.000 millones prometidos por el Fondo (13.000 millones para este año y 23.000 millones para el 2019). En este esquema estarían quedando sin cubrir el 56,25% de los vencimientos de deuda, unos 46.000 millones de dólares para los que habría que salir a buscar financiamiento en un mercado financiero internacional cada vez más difícil, no sólo por el mal desempeño de nuestro país sino también por el impacto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

El gobierno que asuma en 2019 deberá enfrentar una agenda de vencimientos realmente complicada, con más de 131 mil millones de dólares en compromisos de deuda que irán venciendo entre 2020 y 2023, para los que por el momento sólo se cuenta con el compromiso de aporte de 6 mil millones del FMI en 2020. Este esquema aparece para la mayoría de los analistas financieros como virtualmente incumplible, dejando a la próxima administración ante una clara perspectiva de default, una perspectiva que viene cerrando los mercados de crédito internacional ya desde hace un año.

La fuga de capitales, por su parte, viene creciendo a gran velocidad desde la asunción del gobierno de Macri, siendo la gran responsable de las recientes devaluaciones. Según el balance cambiario del Banco Central la fuga de divisas fue de 9.951 millones de dólares durante 2016, de 22.148 millones en 2017 y de 24.795 millones en los primeros 9 meses de este año, con una proyección superior a los 30 mil millones para todo 2018. Durante el próximo año se calcula que la cifra estará entre 40 y 60.000 millones, lo que supera incluso al monto total de 57 mil millones obtenidos gracias al crédito stand by del FMI.