Después de que el titular del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) Marco Lavagna deslizara la posibilidad de que el personal del Instituto sume “relevamientos presenciales” a sus tareas en el marco de la cuarentena obligatoria, desde la junta interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del organismo salieron a tomar enfáticamente distancia de esta posibilidad.
En declaraciones periodísticas, Lavagna había planteado que “comunicar cada acción que realiza el Indec es absolutamente central para mantener la confiabilidad de los resultados estadísticos” y deslizado la posibilidad de que “eventualmente” se sumaran tareas de acumulación de datos “presenciales” a las no presenciales que se mantienen en el marco del “aislamiento social preventivo y obligatorio”.
El referente de ATE en el Indec, Raúl Llaneza, cruzó las afirmaciones de Lavagna: “Mientras persista el aislamiento social no saldrá ningún encuestador a relevar de manera presencial para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y a exponerse a contagiarse por coronavirus”.
La postura de la Junta Interna del Indec, basada en la necesidad de salvaguardar la salud de los trabajadores del organismo estadístico, podría derivar en una cierta distorsión en la elaboración de los informes periódicos, más allá de que Lavagna asegura que se prevén mecanismos alternativos para la recolección de datos, que se actualizan permanentemente en intercambio con otros entes estadísticos de todo el mundo, que se encuentran en la misma situación frente a la pandemmia.
El dirigente de los estatales concluyó irónicamente planteando que “parece que la voz de Lavagna está por arriba del Presidente o del Jefe de Ministros o el de Salud”, en referencia al carácter contradictorio que tendría la orden de realizar tareas de relevamiento presencial en el marco de la cuarentena que Alberto Fernández se apresta a extender.
