Desde la Federación Industrial Panaderil denunciaron que algunos molinos decidieron comercializar la harina «a precio dólar» siendo un bien nacional, que se consume por todos los argentinos, y que es una acción totalmente «ilegal».
Martín Leiras, secretario de la federación, relató que «los molinos grandes que manejan el precio son los que indexan los precios. Nos mandan las facturas en pesos pero aclaran que la cifra se actualiza de acuerdo al valor del dólar en la fecha que el panadero pague».
En ese sentido, indicó que hay «cuatro molinos» que si bien mandaron facturas en pesos aclararon que el valor está indexado al incremento de la divisa norteamericana, que sufrió un salto del 30% desde el 11 de agosto, día que se llevaron a cabo las PASO. De hecho, las compañías expresaron que en cada boleta hay una leyenda que reza «que al momento del pago se le va a actualizar el valor según el precio que el dólar tenga en ese momento».
También dio cuenta de la importancia del pan para «todos los argentinos» y de las fuentes de trabajo que dependen de la actividad: «No podemos permitir que se juegue de esta manera con un producto tan sensible como es el pan, que está en la mesa de todos los argentinos», dijo el dirigente, quien busca la «subsistencia» de miles de puestos de trabajo.
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El presidente del Centro de Industriales Panaderos de la Ciudad, José Álvarez, agregó sobre la problemática que los molinos que piensan dolarizar la harina «están en un error», y que los precios deben congelarse por un tiempo: «Ya formamos una mesa con gente del campo, con molinería, con panaderos, para después sumar a los trabajadores para congelar precios por 90 días, para llegar con el próximo presidente con algo armado».
La situación es compleja para los actores que intervienen en la cadena de valor del pan porque se multiplicó un 552% el valor de la bolsa de harina, que pasó de $230 en febrero de 2018 a $1.500 a septiembre de 2019 mientras que el precio del pan subió, en ese lapso, un 100%.
