Muere un trabajador papelero en la empresa Samseng de Pilar

El fallecimiento del obrero, Pedro Emanuel Gauna, se produjo mientras cumplía con sus obligaciones laborales en la planta del parque industrial Pilar de la papelera Samseng, al fallarle el arnés de seguridad, cayó al vacío desde diez metros de altura, mientras realizaba tareas de logística en el sector robótica.

La mencionada empresa acumula numerosas denuncias por accidentes de diversa gravedad a lo largo de los años, pero con esta tragedia, los trabajadores, junto al sindicato local y la Federación, consideraron que “se alcanzó un punto de no retorno y exigen la implementación de todas las medidas de seguridad previstas y exigidas por ley sin más dilación”.

En este sentido, la Federación del Papel motorizó un paro de 72 horas en protesta por la tragedia, con asambleas en la puerta de la planta, exigiendo el inmediato esclarecimiento del hecho, con investigaciones que determinen las responsabilidades de la pérdida de esta vida humana.

“No estamos dispuestos a permitir que se siga poniendo en riesgo la integridad física o la misma existencia de los compañeros, máxime en el caso de supuestos accidentes completamente evitables” declararon las autoridades de la organización gremial. Y agregaron: “aquí la falla de un arnés de seguridad, que con toda posibilidad estaba carente de los chequeos y la renovación necesarios, constituye la prueba dramática de cuán poco les interesan las vidas de las compañeras y compañeros a determinados empresarios”.

Luego del fallecimiento de Gauna, ni la empresa, ni la cámara empresarial del parque industrial Pilar, ni mucho menos el municipio, se han pronunciado sobre el tema. Justamente en diciembre pasado el intendente de Cambiemos, Nicolás Ducoté, aceptó el premio de una aseguradora de riesgos de trabajo por “haber reducido los accidentes laborales” en el distrito.

Pero los trabajadores de Samseng tienen otra percepción y denuncian innumerables situaciones peligrosas a las que los obliga la empresa durante la jornada laboral, además de destacar “la pobrísima tarea que realizan las Administradoras de Riesgo de Trabajo”.