Durante la mañana de este jueves, en la previa a la masiva movilización gremial en defensa del trabajo y la producción, gremios docentes, organizaciones de izquierda y trabajadores despedidos marcharon a la Casa de Neuquén de la Ciudad de Buenos Aires para conmemorar los 12 años del asesinato del maestro Carlos Fuentealba.
Fuentealba fue un docente y activista sindical asesinado por la policía de Neuquén el 4 de abril de 2007 durante un operativo que buscaba impedir un corte de ruta en el marco de una huelga docente de ATEN. Por el hecho fue condenado el policía José Darío Poblete, quien disparó la granada de gas que impactó al docente en la nuca, provocándole la muerte. Luego del hecho la CGT y la CTA convocaron a una huelga general a nivel nacional y los docentes de la provincia sostuvieron un cese de actividades de casi 50 días. Se encuentra en curso la causa llamada “Fuentealba II”, donde se investigan las responsabilidades políticas del hecho, incluyendo a la jerarquía policial y los funcionarios de seguridad a nivel provincial, además de al propio gobernador Jorge Sobisch.
Los cientos de manifestantes que se concentraron en el cruce de las avenidas Corrientes y Callao, para luego avanzar por la avenida Corrientes hasta Diagonal Norte y de allí hasta la casa provincial de Neuquén, en Maipú 48. Inmediatamente después del acto se llevaron su reclamo por un paro nacional urgente al acto central que las organizaciones de izquierda realizan este mediodía en el Obelisco en el marco de la Marcha por la Unidad, la Producción y el Trabajo convocada por los gremios industriales de la CGT.
El acto fue recibido por un desproporcionado operativo policial, con decenas de policías que generaron momentos de tensión con los manifestantes. Los organizadores luego repudiaron la excesiva presencia policial: “Repudiamos gran operativo policial para amedrentar la concentración por justicia por Carlos Fuentealba y contra el ajuste de Macri”.
Fueron parte del acto la Agrupación Docente Carlos Fuentealba, militantes del Nuevo MAS y trabajadores despedidos de Pilkington (una fábrica de cristales para carrocerías automovilísticas), que reclaman su reincorporación. El eje central del reclamo es la condena a los responsables políticos del asesinato del maestro neuquino, cuyo máximo exponente es el ex gobernador Sobisch.
