Es como parte de la campaña de inmunización contra el coronavirus en la Argentina, que ya aplicó casi 1,5 millones de dosis en poco más de dos meses, y aceleró el ritmo con el reciente arribo de vacunas de Rusia, India y China.
Docentes de todas las provincias y adultos mayores protagonizan la campaña de inmunización contra el coronavirus en la Argentina y dan un paso adelante frente a la enorme demanda sindical para que los trabajadores “esenciales” sean vacunados.
Los llamados a “vacunarse” son tan apurados en el caso de los docentes, que los avisos se envían en el mismo día o el día anterior, lo que hace que algunos candidatos no lleguen a tiempo a colocarse la dosis, cuestión que también generó algunas protestas y que se “está trabajando” en las distintas administraciones, según explicaron fuentes de Educación a Estado de Alerta.
Con las clases iniciadas, los riesgos de un rebrote aumentan, argumento bajo el cual, particularmente la provincia de Buenos Aires, inocula “contra reloj” a docentes que con prioridad de “nivel inicial y primaria” y luego “nivel secundario” pasan por distintos centros vacunatorios entre los cuales SUTEBA, el gremio docente más grande de la provincia de Buenos Aires, ha dispuesto sus sedes locales para la colocación de la vacuna con la que ya cuentan un 25% del personal a cargo de las aulas.
La exigencia no es menor por parte de las fuerzas de seguridad, los trabajadores del transporte público, los obreros de maestranza y continúa la lista de aquellos que están en la primera línea de batalla y aguardan su dosis para no poner en riesgo su vida ni la de sus familias.
La llegada demorada, pero constante y gradual genera algo de tranquilidad, pero al mismo ritmo que se está vacunando acelera el calendario hacia el otoño, estación en la que Europa sufrió tremendamente la segunda ola, producto del hartazgo social del aislamiento y el frío que genera mejores condiciones para el virus.