Lejos de las promesas: La nueva disparada del dólar se traducirá en más inflación

En una semana breve por los feriados de carnaval, el dólar acumuló subidas imparables para romper hoy la marca alcanzada en septiembre pasado y venderse hasta 42,42 pesos en bancos y casas de cambio del centro porteño. En un país altamente sensible a los movimientos de la divisa estadounidense, la nueva suba anticipa nuevas subas de precios en un escenario que parece empeñarse en desmentir la afirmación oficial de una inflación en baja.

En septiembre del año pasado, en medio de la corrida financiera, la divisa estadounidense había alcanzado los $ 42,05 pero un salto de casi 70 centavos de este miércoles hizo trizas ese techo, llegando a operarse a casi 42,50. En el MULC, la divisa saltó 85 centavos, para llegar a $ 41,60 mientras que el blue subió un peso, operándose a $ 41,50.

Más allá del dólar, los indicadores económicos nacionales marcan fuertes señales de preocupación, no sólo por la recesión local y las cifras de inflación que no bajan sino también por una nueva disparada del riesgo país, que en estos días volvió a ubicarse por encima de los 700 puntos básicos.

Según analistas, la nueva disparada del dólar responde a la búsqueda de cobertura de inversores privados frente a la escalada inflacionaria y la incertidumbre política derivada del año electoral. Pero la suba de la divisa también responde a factores económicos regionales, ya que se apreció también en Brasil (+0,7%), Chile (+0,7%) y México (+0,5%).

Tras el aumento de 88 centavos en la cotización de dólar registrada este miércoles, el Banco Central intentó frenar la nueva disparada con nuevos incrementos en las tasas de interés. Así se colocaron Letras de Liquidez (Leliq) por $ 200.527 millones a una tasa promedio de 50,55% a siete días de plazo. La tasa acumula una suba de 56,9 puntos básicos en las últimas tres ruedas y de 661 puntos desde el mínimo del 14 de febrero.

Lejos de las afirmaciones presidenciales de que la inflación está bajando, las cifras registradas durante los dos primeros meses del año dan cuenta de un fenómeno opuesto, alimentado tanto por las subas de los servicios públicos como de prepagas, combustibles, peajes y alimentos que ahora entrarán en un nuevo ciclo de remarcación por la disparada del dólar.