Las inundaciones siguen provocando el cierre de tambos en las zonas más afectadas

Por las excesivas lluvias se profundiza la crisis de la industria láctea, especialmente el cierre de tambos en las zonas más afectadas de Santa Fe, Chaco, Corrientes y parte de Santiago del Estero.

En las zonas más críticas, los productores han tenido que vender el ganado ante el riesgo de muerte de los animales que sobrellevan desde un metro de agua en los momentos de grandes picos de lluvia a tener luego los campos pelados y llenos de barro, cuando el agua se retira.

Las consecuencias económicas son enormes y también las decisiones que se toman en medio de la desesperación por no perderlo todo. Familias enteras que han dedicado toda su vida al tambo, decidieron cerrarlo para intentar «salvar lo poco que les queda».

La situación es crítica, aseguran los productores. El avance de una impresionante masa de agua, proveniente del Sudoeste santiagueño, sumado a los casi 800 milímetros que precipitaron en lo que va del año en esa zona, fueron determinantes para resolver el cierre de lo que fue siempre fueron: “un emprendimiento familiar”.

Lamentablemente, sólo con el cierre del tambo no pudo evitarse la muerte de muchas de las vacas que fueron arriadas con el agua hasta la panza y murieron en el camino, resultado del estrés hídrico que les provoca la situación, la falta de comida y de descanso, el cansancio y el hundimiento en grandes extensiones de lodo.

La historia se repite con cada inundación, y ya son cuatro en los últimos años. En la del 2016, el presidente de CRA, Dardo Chiesa, luego de una reunión con dirigentes ruralistas y funcionarios para dimensionar el impacto que tuvieron las inundaciones en la producción regional informaba que el «80% de los tambos en Santa Fe estaban devastados».

La del 2017 también de una gravedad inusitada en la zona, con lo cual se sigue achicando el sector y muchos de ellos, antes tamberos o ganaderos han pasado a ser productores agrícolas o directamente han desistido de la actividad agropecuaria.

Además de las pérdidas del presente, hay que evaluar la espera hasta la recomposición del suelo y de la economía familiar. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, los productores del norte santafesino tendrían pérdidas en cultivos por US$237,7 millones.

El estudio, que tuvo en cuenta la soja, maíz, sorgo, girasol y algodón, aclara que no se sumaron las pérdidas que se presentarán por una menor calidad al momento de la comercialización y los costos adicionales para realizar la resiembra de algunos cultivos. Pero tampoco puede prever cuánto se resentirá la economía de cada una de las localidades afectadas.

En ese sentido, el gobierno nacional declaró la emergencia hídrica y la emergencia agropecuaria en cuatro provincias: Santa Fe, Chaco, Corrientes y parte de Santiago del Estero que  significa un beneficio impositivo consistente en el diferimiento en el pago de impuestos, créditos con bancos oficiales y con la AFIP, con la que se permite la refinanciación de deudas durante cuatro años.