La Nación cerró su planta impresora de Barracas y despidió a todo el personal

Pese a las negociaciones en curso con Sindicato Gráfico y con los trabajadores, los dueños de La Nación decidieron cerrar una de las plantas impresora del diario, en el barrio de Barracas, despidiendo a todos sus empleados.

Desde el mes pasado la empresa venía presionando para imponer un plan de flexibilización laboral en su planta impresora. Según relató Darío Sosta, delegado de los trabajadores de la empresa y miembro de la Comisión Directiva de la Federación Gráfica Bonaerense, la propuesta empresarial era de “40/40/40”: “40 trabajadores menos, 40 horas y 40% de rebaja de sueldo”.

En acuerdo entre los trabajadores y el gremio se aceptaron los retiros voluntarios pero se rechazó la rebaja salarial. “Asimilamos los 40 compañeros que se fueron y achicamos las dotaciones. Pero 40% menos de sueldo es una locura, más en la situación que estamos viviendo”, detalló Sosta. Frente a esta respuesta, la empresa de la familia Saguier decidió directamente cortar el diálogo y cerrar la planta.

Según un comunicado de la Federación Gráfica, la imprenta además no se encontraba con problemas financieros sino que simplemente está aplicando un plan para “maximizar ganancias”, tercerizando sus publicaciones. En ese sentido, el delegado detalló: “La empresa no está perdiendo, le dijimos que traigan los libros y no lo quieren hacer. Es una flexibilización laboral encubierta. Lo que no pudieron sacar por el Congreso, lo trata de hacer por empresas”.

Un comunicado de solidaridad con la lucha de los trabadores de la imprenta del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) añade: “Muchos de estos empresarios argumentan crisis económica, pero en los casos de los grandes grupos, como Clarín o La Nación, se trata de cambios en sus estrategias de negocios de todo tipo, al amparo de un gobierno nacional que incluso practica la misma política en los Medios Públicos”.

Así, este martes los 100 trabajadores de la empresa se encontraron con que sin mediar aviso la planta se encontraba cerrada y con una fuerte presencia policial para impedirle ocupar sus puestos de trabajo. Sosta relató: “Se rompe la negociación, mandan telegramas, cierran la empresa y ponen un ejército de policías después de haber no aceptado un 40% de reducción salarial pero sí haber aceptado prácticamente una flexibilización porque se fueron 40 compañeros con retiros voluntarios y tres en proceso jubilatorio también decidieron irse. Son despidos encubiertos”.

Como forma de protesta, los despedidos instalaron una carpa frente a la sede del diario en Vicente López: “Quedamos 100 trabajadores en la calle. Hoy vinimos a Vicente López, donde está el núcleo de los CEOs y los accionistas, a tratar de sacar una negociación para el jueves en la Secretaría de Trabajo, porque hoy tuvimos una reunión a la tarde y de La Nación no se presentaron”, añadió el delegado.