Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), gremio encabezado por Abel Furlán, se está llevando adelante el segundo paro de los últimos días, esta vez por 48 horas (este jueves y viernes), ante lo que definieron como falta de respuesta empresarial a los reclamos salariales del sector.
Un comunicado gremial confirmó que “luego de casi 12 horas de negociación paritaria ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, el sector empresario se negó a brindar una respuesta oportuna a la petición salarial”. Luego denunció: “En innumerables idas y vueltas que pretendieron modificar los plazos de negociación, establecer como único indicador válido el índice de inflación y reducir con diversos argumentos la recomposición y actualización hacia el salario digno, el sector empresario se negó a pagar salarios que equiparen la canasta básica alimentaria argentina a las trabajadoras y trabajadores que aportan 186 horas mensuales a la producción industrial”.
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El poderoso gremio metalúrgico sostuvo que para comprender las razones de fondo de este conflicto “es imprescindible caracterizar a las cámaras empresariales que participaron de la negociación”, ya que “todas ellas representan empresas que comparten un denominador común: su costo de producción está determinado por el valor de los insumos difundidos que les provee única y exclusivamente las empresas del Grupo Techint”.
En este sentido añadieron que “este es el condicionamiento por el cual se someten a la intromisión, intervención y conducción del Grupo Techint, que monitoreó y marcó el ritmo permanente de la negociación paritaria”.
Durante las negociaciones, la UOM recordó que el salario bruto de un operario ingresante se ubica en $ 129.723,98 mientras que la canasta básica alimentaria asciende a $217.915,79. “Pareciera que algunos, acostumbrados a definir unilateralmente el precio de la chapa y los productos de acero que determinan la existencia de la industria en nuestro país, desde una posición monopólica y dominante, ahora pretenden también definir unilateralmente el valor del trabajo”.
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Al respecto, el gremio denunció que «la negativa a pagar salarios dignos no se corresponde con una incapacidad económica ni productiva» ya que las empresas que se oponen al aumento «representran a los sectores que con más fuerza están siendo parte del proceso de reactivación del desarrollo industrial argentino, con un fuerte acompañamiento de políticas estatales».
