Tras el desplome de dos importantes bancos de los Estados Unidos, esta semana la crisis del sector extendió su alcance a Europa, con el Credit Suisse (el segundo banco más importante del país, con más de 180 años de historia) sufriendo un desplome de sus cotizaciones y un masivo retiro de depósitos. Además de la preocupación directa por los depósitos y por el impacto de las quiebras sobre el empleo bancario, los alcances de la crisis ya generaron desplomes en las bolsas de Estados Unidos y Europa y una conmoción económica global.
Este miércoles los principales índices de Wall Street abrieron con fuertes bajas, después de que los mercados europeos acusaran una fuerte caída de los precios de acciones bancarias y financieras después de que el Credit Suisse confirmara que acumula cinco trimestres de pérdidas y que sus acciones valen menos del 10% de lo que valían en 2021.
La debacle bancaria se inició la semana pasada con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), la institución número 16 en activos de los Estados Unidos, golpeada por una corrida bancaria que no pudo afrontar. El trasfondo de esta crisis se explica por cartera concentrada en activos de riesgo y con una fuerte presencia de bonos del Tesoro que fueron un gran negocio durante las épocas de tasa cero que imperaron durante la pandemia pero que empezaron a volverse cada vez más pesados cuando la FED decidió comenzar a subir las tasas para intentar contener a la inflación. La misma semana de desplomó el Signature Bank, por motivos similares, haciendo temer por un dominó financiero similar al que se vivió en 2008.
Tras la evidente debilidad de muchas instituciones bancarias también se encuentran políticas que el poder corporativo logró trasladar a la política nacional, sobre todo en épocas del gobierno de Donald Trump, cuando se aprobó la ley de reforma financiera Dodd-Frank (2018) para eximir a los bancos del tamaño del SVB de los mandatos de liquidez y de las pruebas de estrés más habituales. El propio SVB había invertido más de medio millón de dólares en lobby político para conseguir esos retrocesos regulatorios.
Aunque la legislación estadounidense post 2008 sólo garantizaba el respaldo para depósitos bancarios menores a los 250 mil dólares, en los últimos días el presidente Joe Biden decidió que se garantizara el retiro íntegro de depósitos de cualquier cifra, buscando con esto contener el pánico financiero y llamando a confiar en el sistema bancario estadounidense. Más allá de que la medid parece haber tenido un impacto local, mnimizando la corrida, hoy las repercusiones europeas muestran que la crisis no puede darse por cerrada.
