Los trabajadores de la cooperativa del Hotel Bauen enfrentan un nuevo ultimátum judicial y otra amenaza de desalojo. Este martes la jueza María Paula Hualde les comunicó que tenían siete días hábiles para cerrar un acuerdo económico con la familia Iurcovich que reclama el edificio y luego desalojar el establecimiento que ocuparon y mantuvieron en funcionamiento desde el año 2003.
Federico Tonarelli, el vicepresidente de la cooperativa, señaló que “no es la primera vez que nos ofrecen dinero para que abandonemos el hotel. Hace tres años la propuesta fue de $15 millones y la rechazamos. Ahora la jueza nos volvió a reiterar el mismo monto de la oferta que propuso la Cámara Nacional de Apelaciones. Deberemos hacer una asamblea y resolver las medidas a tomar. Si en 16 años no nos pusimos de acuerdo, dudo que lo hagamos en una semana”.
En términos judiciales, la cooperativa ya no cuenta con muchas instancias. En 2018 la Corte Suprema de Justicia rechazó un recurso extraordinario presentado por los trabajadores del Bauen contra el desalojo, pero hace unos días se elevó un reclamo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En diciembre de 2016, el presidente Mauricio Macri vetó la ley de expropiación del edificio a favor de la cooperativa aprobada por el Congreso Nacional. La ley preveía que el Estado escriturara la propiedad a su nombre y la cediera en comodato para la gestión cooperativa. En la actualidad tiene estado parlamentario un nuevo proyecto en ese sentido, impulsado por el diputado y jefe de la bancada del FPV- PJ, Agustín Rossi.
En medio de la disputa judicial, el sábado pasado la Agencia Gubernamental de Control prohibió a la cooperativa del Bauen la reapertura de una sala teatral en el edificio argumentando que no contaba con la habilitación requerida, un trámite que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se niega a conceder.
Bajo la gestión privada, el hotel llegó a contar con 150 empleados, pero en la actualidad sostiene 90 puestos de trabajo. La actual presidenta de la cooperativa es María Eva Lossada, quien ingresó al hotel a comienzos de los 90 como mucama.