A poco de conocerse el principio de acuerdo del Gobierno nacional y el FMI, la Central de Trabajadores Argentinos que conduce Pablo Micheli se manifestó en “contra” del pacto alcanzado por considerar que “esta deuda contraída por el gobierno de Macri fue una decisión unilateral de la entonces administración de Trump de los EE.UU. para apoyar la campaña de reelección de Mauricio Macri”.
Según afirma la organización “Macri era un puntero de la derecha latinoamericana” a lo que se agrega que “el staff técnico del FMI sabía que esta deuda era impagable”.
Considerando ese hecho político como una “violentaciòn de nuestra soberanía política” buscando “manipular el proceso electoral se ve agravado desde el punto de vista económico” ya que según denuncian “los 44.500 millones de dólares fueron fugados ya que, así como ingresaron al país, se fueron de la mano del capital financiero en forma de ganancias, producto de la bicicleta financiera que organizó el Ministerio de Economía y el Banco Central”.
Recordemos que, otro de los puntos de conflicto en el acuerdo, es nuestra «soberanía energética», algo que Rubén Ruiz, titular del Sindicato de Trabajadores Jerárquicos de Gas y secretario gremial de CTA ha remarcado en otras oportunidades, motivo que se suma al rechazo de la «intervención» del organismo de crédito.
Es considerada una deuda “absolutamente discrecional y arbitraria”, con cuyos fondos “no hay una sola obra en el país” y consideró que “esto debería ser dictaminado por la Asamblea de las Naciones Unidas vía la solicitud de opinión de la Corte internacional de Justicia”.
En ese sentido, “creemos que esta es una batalla legal internacional que hoy tiene mejores posibilidades” y por lo tanto argumentan que “el presidente Fernández y parte del FDT no puso la suficiente energía en este combate que hubiera permitido a la hora de negociar con el FMI una mejor relación de fuerzas”.
La CGT celebró que el nuevo acuerdo con el FMI sea sin “ajustes ni devaluaciones” – Estado de Alerta
Desconfiados de la relación con el FMI, lo acusan de “cogobierno” y por lo tanto señalan que “se abre un desafío para los trabajadores que es garantizar que el acuerdo “no se convierta en ajuste y privatización”, y por el contrario apostar a una “mayor distribución del ingreso, por una lucha sin descanso contra la pobreza, contra la precarización laboral, y en favor de la independencia económica, soberanía política y justicia social”.
El mismo Máximo Kirchner, presidente del bloque de Diputados del Frente de Todos, renunció a su cargo como titular del cuerpo por considerarse «en contra» del acuerdo alcanzado por el Gobierno, dejando su cargo en manos de la diputada, Cecilia Moreau, generando una nueva crisis política al interior del Gobierno de consecuencias inusitadas.
