En el contexto de fuerte crisis hídrica que viene golpeando al país en los últimos tiempos, la histórica bajante del río Paraná genera fuertes impactos económicos, sobre todo en lo que hace a la generación de energía de la represa Yacyretá, a la pérdida de volumen para la actividad pesquera y en los sobrecostos que debe enfrentar el complejo agroindustrial de la región, que debe trasladar el cereal por tierra hasta otros puertos.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) detalló: “Estimamos una pérdida superior a los US$ 620 millones en el embarque de subproductos del complejo soja (poroto, harinas y aceites) desde el Gran Rosario”. Esta zona, que abarca a los puertos entre Arroyo Seco y Timbúes, es la principal vía de salida de los productos del complejo agroindustrial argentino. En 2020 se despacharon desde allí el 70% de los granos y el 96% de los aceites vegetales y las harinas que exportó la Argentina, por un valor aproximado de 20.000 millones de dólares (el 37% de las exportaciones del país en el año).
La sequía y la bajante del Paraná generan un fuerte impacto negativo para la producción agrícola
En el mismo sentido, Juan Allegrino, investigador de la Comisión Nacional del Limite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), explicó: “Cuando los buques cargan menos en el Gran Rosario tienen que completar la carga en otros puertos. En el río Paraná, en Zárate o Ramallo también tienen problemas de calado. Entonces completan en Bahía Blanca o Quequén. Ahí se genera un costo logístico más alto y se pierde competitividad con Brasil fundamentalmente”.
Según informes del Instituto Nacional del Agua (INA), el nivel del río Paraná continuará “en situación de bajante” por lo menos hasta marzo. En ese sentido, la BCR estima que para el año en curso “el panorama no es alentador”. Y añadió: “De no quebrar la tendencia de la bajante del río Paraná, el tonelaje cargado en los buques podría continuar resintiéndose, impactando en pérdidas millonarias para la exportación de productos agroindustriales argentinos. También repercute castigando el precio de exportación de los principales productos que se despachan desde nuestra zona, como son el aceite y la harina de soja”.
Hidrovía: en Paraguay hay preocupación por la bajante del caudal de ríos
Para terminar, Allegrino recordó que también las miles de familias que dependen de la pesca artesanal en el Paraná está sufriendo graves consecuencias: “Hay muchos argentinos que viven de la pesca artesanal, para vender o consumir ellos. Si hay una laguna o un arroyo que conduce agua, y ya no conduce, ahí no hay más peces porque migran a otro lado. Esos cauces que desaparecieron afectaron a muchas familias que no tienen forma de conseguir los peces”. Esta situación además, impactará a futuro en la pesca ya que los peces tienen un período de crecimiento de entre tres y cinco años, por lo que la bajante podría afectar la pesca en los próximos años, en 2024 o 2025.