El Día del Trabajador transcurrió de manera diferente, con una ciudad desierta, debido al acatamiento total al paro de colectivos, trenes y subtes dispuesto por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Tampoco hubo actos de ningún tipo. Sí las ollas populares que montaron gremios del moyanismo, las CTA y los movimientos sociales, en abierto rechazo a la política económica del gobierno nacional.
La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, (CATT) que conduce Juan Carlos Schmid calificó como “exitosa” la primera medida dispuesta de no prestar servicio el 1° de Mayo, feriado nacional por el día Internacional de los Trabajador, “medida inaugural e inédita que es parte de un Plan de Lucha, que se repetirá el 25 de Mayo y todos los feriados si no escuchan nuestra voz”, agregó el Secretario Adjunto de la CATT, Omar Maturano.
Así el reclamo por la eliminación del Impuesto a las Ganancias y un aumento de emergencia para los jubilados se hizo sentir y ahora se aguarda la convocatoria al diálogo que ya se había iniciado semanas atrás pero sin resultados.
“Un feriado nacional se paga doble y eso hace que uno ingrese en la categoría más alta del impuesto a las ganancias y el descuento no afecta sólo ese día, sino en el ingreso de todo el mes. Uno trabaja más para ganar menos, por eso le exigimos al Gobierno que revea esta política económica», argumentó Schmid.
En el mismo sentido, el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, ratificó que la modalidad de protesta tendrá un nuevo capítulo el 25 de Mayo, y así sucesivamente todos los feriados, «hasta tanto se corrija» la distorsión.
Según trascendió el Gobierno considera el reclamo y analiza cambios en Ganancias para evitar el impacto sobre los feriados y las horas extras, según confiaron a la prensa voceros de los ministros de Transporte, y de Seguridad, Guillermo Dietrich y Patricia Bullrich.
En tanto, el sindicato de Camioneros, también integrante de la CATT, junto al Frente Sindical, se sumó al paro pero al mismo tiempo organizó 300 ollas populares en la Ciudad de Buenos Aires para que «todos vean la necesidad y el hambre que tiene el pueblo».
