Cada temporada las muertes en piletas de colonias o clubes encienden las alarmas. Este verano murieron ya seis chicos y nuevamente se buscan a través de investigaciones y autopsias las causas que puedan dar cuenta de este drama creciente.
Según explicó a EDA, Roberto Solari, titular del Sindicato Unico de Guardavidas y Afines (SUGARA), la principal razón es que “los guardavidas no están adecuadamente asignados a estos lugares porque “no existe en la Argentina un registro de espejos de agua recreativos ni tampoco un registro nacional de guardavidas” con lo cual, “todo queda sujeto a la voluntad y a las leyes propias de cada jurisdicción pues si bien existe la ley la 27.155 sancionada en el 2015 de “Ejercicio Profesional de los Guardavidas”, nunca se reglamentó”.
Solari, confirmó a la vez que “en todo el país, sólo la ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y la de Santa Fe tienen un registro de guardavidas. Trabajamos mucho en otros municipios para que se controle la actividad… por ejemplo, hace unos diez años llegamos a Corrientes, donde todas las zonas de agua recreativa estaban cuidadas por pibes que no estaban capacitados. Eran empleados municipales que sabían nadar”.
En la actualidad “sólo un cuarto de los espejos de agua recreativos del país, está adecuadamente controlado”, estimó y “de hecho, la asfixia por inmersión es la segunda causa de muerte luego de los accidentes de tránsito entre jóvenes de 16 y 23 años y este verano, aún en curso, ya son 6 los niños que han perdido su vida por esta razón”, argumentó.
Por eso, desde Guardavidas solicitan “la obligatoriedad de la permanencia de personal especializado en lugares donde todavía es opcional y una mayor presencia en los predios, clubes, campings o colonias, de personal idóneo que pueda realizar una efectiva maniobra de reanimación si es necesario o que cuente con los recursos para no perder de vista a los menores y poder asistirlos en todo momento”.
Desde el sindicato de Guardavidas coinciden en que puede haber múltiples causas pero en que hay un común denominador, una falla en el sistema: faltan guardavidas asignados a lo que los expertos del sector llaman “espejos de agua recreativos”, o sea, toda pileta pública o privada, arroyo, arroyito, costa de lago, de laguna, olla, cascada, dique o pedacito de río donde la gente vaya y se refresque, porque allí reside el peligro.
Por último, para combatir esta problemática puso el acento en dos facetas del trabajo: el de “previsión y prevención”. Previsión es poner carteles de “prohibido correr en los bordes del natatorio” y prevención es “frenar al chico que lo incumple”. De modo que “tener guardavidas capacitados en RPC, con su título revalidado, que puedan dedicarse a su tarea específica y que apliquen todo este conocimiento es fundamental para que la pileta esté controlada en todo momento”, concluyó Solari.