En la industria textil sólo una de cada tres máquinas está funcionando

Los datos son alarmantes en el sector de la indumentaria pues los números del INDEC señalan que cayó un 36,3% en diciembre y en 2018 se redujo el 10,7% la producción. Así la industria textil continúa profundizando su derrumbe, después de aquel pico de diciembre donde tuvo una profunda caída del 36,3%.

Si hacemos una comparación interanual la reducción de la actividad fue del 10,7% en la en el interanual 2018 y 2017. De acuerdo con los datos del Indec, la contracción de 36,3% interanual implicó que el sector textil fuera el segundo que más cayó de todos los relevados (el primero fue el rubro «Otros equipos de transporte»).

Así es que la Utilización de la Capacidad Instalada (UCI) de las fábricas, para el sector textil  fue de 32,3% en diciembre, unos 24 puntos menos que la Capacidad instalada promedio de toda la industria.

También aparece en caída libre respecto de noviembre y en consecutiva decadencia a lo largo de todo el año. En cuanto a la caída de la actividad en diciembre fue muy significativa para todos los sub-rubros del bloque textil.

El segmento con peor desempeño fue el de hilados de algodón, que experimentó una caída de más de 45%. En el análisis acumulado de todo el 2018, se vio sólo una expansión en el sub-rubro «preparación de fibras» y todo el resto de las ramas se contrajo.

El dato es más grave aún porque el INDEC dejó de informar el Estimador Mensual Industrial (EMI), cuya caída acumulada al mes de noviembre era superior al 13%, por lo que se estima que con la anterior metodología la caída hubiera estado por encima de esa cifra.

Dese la Cámara de Fabricantes de Medias, pidieron “medidas concretas para la reactivación del mercado local” medidas que permitan recuperar la competitividad y  poder revertir «el panorama que aparece peor para este año porque bajaron reintegros, subieron retenciones y los costos internos siguen subiendo».

Hace algunos meses, el intento de acercamiento desde el gobierno hacia el sector hizo pensar que algo podía cambiar. El ministro de Producción Dante Sica hizo una apuesta fuerte al proponer un «acuerdo» pero que fue entendido por los textiles solamente como un intento de “flexibilización laboral” ya que la propuesta no incluía “ninguna medida para la reactivación industrial ni mejora de la calidad de empleo y trabajo  comprendido en la actividad, ni tampoco un aumento del consumo que reactive la economía”.

Desde los gremios del sector no fueron sólo contundentes en ese aspecto, añadieron además que el acuerdo “viola toda la normativa referida a la negociación colectiva de trabajo” y el secretario adjunto de la Asociación Obrera Textil (AOT), José Listo, advirtió en su momento que los gremios del sector “no iban a firmar nada y cualquier reforma que quiera encarar el Gobierno tiene que pasar por el congreso y con la participación de la CGT”.