El peso de las facturas de servicios públicos sobre el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) en nuestro país se multiplicó por cuatro desde la asunción de Mauricio Macri. Según un reciente estudio del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda el gasto en servicios es de un 23,5% del salario mínimo, cuando en 2015 esa cifra era de solamente el 6%.
El informe analiza la justificación oficial para los tarifazos: “La principal línea argumentativa del gobierno para desmantelar el esquema de subsidios vigente entre 2002 y 2015 es que la energía cuesta y hay que pagarla. Si no se tiene un equilibrio fiscal, el rojo se verá traducido en una mayor emisión e inflación”. Y, luego de constatar que los aumentos aceleraron la inflación y contribuyeron a la recesión generalizada sin que haya una contrapartida en materia de aumento en la producción de hidrocarburos, concluye: “Transcurridos casi tres años de los cambios implementados, el panorama es completamente opuesto a lo que se auguraba”.
A nivel regional, la proporción del salario mínimo consumida por los servicios (gas natural, electricidad y agua) sólo es superada por Venezuela y Chile: “Argentina se posicionaba como el país de la región con las tarifas de los servicios públicos más accesibles. Sin embargo la política tarifaria llevada adelante desde diciembre de 2015 coloco los valores en niveles similares a los de los países con tarifas más caras”
Según el informe, en Venezuela los servicios se llevan el 36,5% del salario mínimo, mientras que en Chile llegan al 24,9%. En cuarto lugar queda Brasil, donde los servicios básicos consumen el 20,6%, en sexto lugar está Perú con 19,5% y en sexto lugar Ecuadorcon 19,2%.
Por otra parte, las proveedoras de estos servicios han multiplicado notoriamente sus beneficios: “Las empresas obtuvieron tasas de ganancia suculentas en este tiempo, lo que pone de manifiesto la problemática de sostener una política de dolarización de las tarifas de energía para los usuarios sean hogares o empresas. En última instancia lo que termina deteriorándose son las condiciones del mercado interno que debe soportar mayores costos para pagar de sobremanera un recurso que argentina tiene a disposición”. El ejemplo claro de esta dinámica se encuentra en los beneficios de las distribuidoras eléctricas Edesur, Edenor y Edelap que en el primer semestre de 2018 incrementaron sus resultados 240, 174 y 674%, respectivamente.