Como recientemente lo hiciera el Fondo Monetario Internacional (FMI), también la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó a la baja sus cifras para el país y la región, anticipando que nuestro país caerá 2,8% este año y 1,8% el próximo, lo que contrasta fuertemente con un crecimiento para la región que se anticipa como de 1,3% en promedio. De todos modos, también esta previsión fue recortada desde el 1,5% que se prevía en su medición anterior.
La dinámica del crecimiento muestra diferencias entre subregiones, previéndose un crecimiento de 0,7% para América del Sur (gracias a la producción de bienes primarios, en especial petróleo, minerales y alimentos) y de 1,6% para 2019.
El organismo internacional pronostica que el país que más recortará su crecimiento en relación al PBI será Venezuela, con una retracción del 15% (en agosto la proyección era de 12%), seguido por Dominica con -6,4% y Nicaragua con -3,3%.
El informe detalla: “Las proyecciones para 2019 se dan en un contexto de aumento de la incertidumbre y de los riesgos en el mediano plazo”. También se advierte “un riesgo que subsiste para las economías emergentes en general y, dentro de estas, para América Latina y el Caribe en particular, es el de un mayor deterioro del ambiente financiero internacional. Los altos niveles de deuda corporativa y soberana acumulados a lo largo de años de condiciones financieras globales laxas, constituyen un riesgo para algunas economías más expuestas a los cambios en el escenario financiero, como mayores necesidades de financiamiento externo, mayor proporción de la deuda en moneda extranjera, o mayor proporción de deuda de corto plazo”.
La Cepal también advierte respecto de una posible escalada en las tensiones comerciales en la región: “Aunque éstas todavía solo se han visto reflejadas en moderadas revisiones a la baja del volumen proyectado de comercio mundial y de la actividad económica global para el año 2019, constituyen un riesgo para la actividad económica regional”.
