La Central Obrera sabe que está en un momento en que es necesario marcar la “cancha” pues la crítica situación laboral lo amerita y el calendario apura. Estamos a días del mes de marzo, un mes crucial para la política y los bolsillos “flacos” de los trabajadores que tienen que enfrentar el inicio de clases de sus hijos.
Por ese motivo la CGT reunirá a su Consejo Directivo en la histórica sede de la calle Azopardo hacia fines de ésta semana. Será con el objetivo de discutir los pasos a seguir frente a un panorama oscuro que además se teñirá por el calendario electoral
Un nuevo paro general es la opción, para algunos, inevitable dentro del grupo. Sin embargo, para otros, en medio de una ola de suspensiones y despidos, con una capacidad ociosa de las fábricas similar a la del 2001, el paro es riesgoso, o por lo menos, puede ser más conveniente para los empresarios que buscan eliminar capital de trabajo, que perjudicial para un “gobierno sordo” que busca mercados afuera pero no alienta la producción.
Aunque este lunes ya arrancó con llamados de teléfono cruzadas, recién el encuentro podría concretarse jueves o a más tardar el viernes de esta semana, pues la definición no debería demorar mucho más.
Es un hecho entonces el encuentro que la CGT aprobó en su reunión de mesa chica del jueves pasado como así también la participación, junto a decenas de gremios y organizaciones sociales que participarán en la audiencia pública que se realizará mañana, desde las 10 horas en el teatro Astros contra los tarifazos y que se movilizará luego hasta el (ENRE) en el microcentro porteño.
Desde la Central no adelantaron oficialmente el temario -se conocerá al momento de realizarse la convocatoria-, pero no podrá faltar una conclusión del encuentro con los funcionarios del FMI, la apuesta por alguna candidatura política que pueda poner el valor la lucha laboral, la grave situación económica, la reforma laboral y los fondos de las obras sociales.
Pero la frutilla del postre serán las conclusiones de un documento donde se decrete un paro general de actividades para decir “basta” a esta situación que continúa generando desigualdad, pobreza y desempleo.
La reacción de la CGT aparece en parte como respuesta a los desafíos que le presentan distintas variantes sindicales, tanto dentro como fuera de la central obrera como Camioneros, las dos CTA, la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y los movimientos sociales.
Por otro lado, las expresiones sindicales de la izquierda realizaron dos semanas atrás una fuerte movilización en la que reclamaron un plan de acción de las centrales sindicales. «La lucha es ahora», fue la consigna principal en respuesta a lo que consideran una postergación de la defensa de los derechos de los trabajadores –empleo, salario, convenios– para privilegiar la conformación de alternativas electorales.
Por último la multiplicación de presentaciones de Preventivos de Crisis por parte de las empresas como Fate, Latam o Coca Cola presiona aún más la necesidad de abroquelamiento sindical frente a una realidad cada día más adversa.