Según datos de las últimas horas de la Unión Argentina de Salud (UAS), los medicamentos ambulatorios aumentaron un 28,6% durante el primer semestre del año, más de tres puntos por encima de la inflación acumulada durante el mismo período. En términos interanuales, el aumento de los medicamentos se ubica un 12% por encima de la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) medido por el Indec para el mismo lapso.
El informe de la entidad que nuclea a clínicas, sanatorios, hospitales, centros de diagnóstico, obras sociales, prepagas y servicios de urgencia, detalla que de entre los medicamentos de uso común de venta bajo prescripción, el mayor aumento lo tuvo el enalapril (un medicamento para la hipertensión), con un 93,8%, seguido por la levotiroxina (para tratamiento de tiroides) con 86% y el salmeterol (para el asma) con un 85,59%. Además, un anticonceptivo (drospirenona/etinilestradiol) trepó un 86,94% durante el año y una crema antibiótica de uso pediátrico un 153%.
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“Existe una gran dispersión de precios. Los productos que más aumentan son los recetados más usados, con picos de hasta el 39%”, indicó el reporte de la Unión Argentina de Salud, que añade que “más aún aumentaron los medicamentos utilizados en internación”, con un 37% promedio: propofol (147%), noradrenalina (108%), morfina (60%), omeprazol (50%), fentanilo (44%).
Los datos de la UAS son similares a los del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), que confirmó que “durante el primer semestre de 2021, los medicamentos más usados aumentaron, en promedio, un 31%”. El informe también señala que “el precio de los medicamentos de alto costo, regido sobre todo por el precio del dólar, se mantuvo por debajo de la inflación, con un promedio general de aumento de 20,5%”, aunque algunos aumentaron un 30%.
Para terminar, el informe de la UAS destaca que estos aumentos “están teniendo una creciente incidencia en los costos de la salud” y subraya que “mientras que en 2019 el gasto en medicamentos comprendía el 20% del gasto total, en 2021 ya constituye el 28%, superando al gasto en internación y cirugías y tomando una parte importante del gasto en atención ambulatoria”, lo que “tiene como consecuencia el deterioro del sistema y la pauperización de los profesionales y trabajadores de la salud”.
