El programa porteño de ayuda a las personas en situación de calle Buenos Aires Presente (BAP) fue rebautizado por sus trabajadores como Buenos Aires Precarizado debido a los numerosos problemas que presenta, con una suma de recortes sobre unos recursos insuficientes que son cada vez más impotentes para contener a la población que debieran atender.
Desde BAP denuncian que el personal es insuficiente para atender a la creciente cantidad de gente en situación de calle, que no hay capacitaciones y que los vehículos del programa están destruidos. A principios de este año fue recortada la cantidad de personal del programa, así como los recursos destinados por la ciudad al llamado Operativo Frío, que debería apuntar a proteger a los sin techo en los meses más fríos y peligrosos del año. Recién después de la muerte de Sergio Zacariaz, que cobró notoriedad por su difusión en redes sociales como uno de las cinco muertes de frío de los últimos días, aparecieron recursos para el programa.
El programa BAP fue creado en 1999 y depende del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño y su objetivo es la asistencia en “emergencias sociales” de distinto tipo, desde un incendio hasta la emergencia habitacional. Un psicólogo que forma parte del programa añadió: “La tarea puntual es ir a ofrecer a las personas en situación de calle una serie de recursos, bastante acotados, que van desde paradores y subsidios hasta la tramitación del DNI gratuito o el acompañamiento a un centro de salud. Somos articuladores entre las personas en situación de calle y los efectores del gobierno de la Ciudad”.
Al ritmo del crecimiento de la desocupación, aumentó la gente en situación de calle
Tras los recortes de personal y recursos, los trabajadores del programa denuncian que sus la asistencia que provee el gobierno porteño “no es suficiente en lo absoluto”. “Los recursos que da el Gobierno de la Ciudad son escasísimos. Son parches, no son soluciones de fondo”, detallaron algunos de sus integrantes en entrevista con Página 12.
Luego de que mediáticamente se instalara el tema de los muertos por frío en situación de calle, el vicejefe de Gobierno Diego Santilli llegó a afirmar que “hay personas que prefieren dormir en la calle antes que a ir a un parador”. El Gobierno porteño también desmiente la cantidad de gente en situación de calle relevada por un reciente censo, que supera las 7000 personas (más de 800 menores de edad) y se afirma que el número ronda los 1500, para los que sobrarían las 2300 camas que existen en los “paradores” financiados por la Ciudad.
Sin embargo, también esta cifra es discutida. El psicólogo antes citado detalla las capacidades de los cuatro paradores habilitados: “Uno en Retiro, para hombres (con 100 plazas), otro en Parque Patricios, también para hombres (con 60), otro para mujeres y mujeres con chicos, que es el Azucena Villaflor (con 50), y otro para familias, que es el parador Costanera (con 150). Los números de camas son aproximados, pero es evidente que no suman 2300. También hay hogares privados subvencionados por el Estado, pero no son muchos”. La cifra está lejos del número oficial incluso sumando las alrededor de 200 plazas extra de los paradores que se abren exclusivamente para el Operativo Frío, en Parque Chacabuco, Parque Avellaneda y Pereyra.
El BAP también ofrece un subsidio habitacional de 5000 pesos (insuficientes para cubrir cualquier habitación en un hotel o pensión, pero además desde el programa se denuncia que cada vez es más difícil acceder al subsidio por cuestiones burocráticas y que los pagos frecuentemente se atrasan por lo que los hoteles no quieren tomar a sus beneficiarios.
Una ex trabajadora del programa denunció: “Es el colmo. No solo no brindan soluciones estructurales, sino que criminalizan al pobre y le echan la culpa por estar en situación de calle. Yo creo que al macrismo no le interesa la situación de calle, solo les preocupa que los pobres se vean en la ciudad, que no se puedan meter bajo la alfombra”. Y añadió: “Después de la muerte de Zacarias, hubo mucha repercusión y muchas organizaciones y vecinos comenzaron a solidalizarse. Pero tenemos que celebrar, en realidad, el día que ya no exista esa ayuda porque el Estado se haya hecho cargo. La gente en situación de calle no se muere ni por frío, ni por calor. Se muere por ausencia del Estado. No tenemos que perder el eje y tenemos que seguir exigiendo que el Estado construya políticas públicas que solucionen el problema de fondo”, dijo la extrabajadora.
Laura Fusca, otra de las despedidas del programa, denunció que con la asunción de Fabián Boninsegna al frente del BAP además se ha instalado una creciente visión empresarial de la gestión, que “solo se preocupa por las estadísticas”. En ese marco se extendió la jornada laboral de los trabajadores del organismo sin aumento de salarios ni notificación formal y se comenzaron a rechazar los “seguimientos” de cada uno de los casos de la gente en situación de calle.
Actualmente el BAP cuenta con 50 trabajadores en planta permanente, 111 en planta transitoria y 33 tienen con contratos de locación anual. Además de exigir más recursos y personal, los integrantes del programa se están organizando para pedir la categoría de riesgo e insalubridad en el Ministerio de Trabajo.